Víctor Puerto: «Lo importante es ir relajado y paladear esta profesión»
El diestro reconoce que la temporada pasada estuvo «atropellado»
En la variedad está el gusto, el disgusto y lo demás. Por eso es variedad. «La verdad es que el público va a poder elegir con quién quedarse. No podemos ser más diferentes los diestros del cartel», dice Víctor Puerto, que debuta en el presente San Isidro, acompañado de Julio Aparicio y Jesulín de Ubrique, frente a toros de Valdefresno. El diestro madrileño afirma que viene a Madrid «más relajado», y no como el año pasado, justo después de su triunfo isidril, que fue, según sus palabras, «un poco a revienta calderas».
Hace dos años tocó el cielo. Corría el el 28 de mayo de 1996 y confirmaba la alternativa en Las Ventas con Miguel Báez Litri de padrino y Jesús Janeiro Jesulín de Ubrique como testigo. Salió por la puerta grande. Cuatro días después volvía a hacer otro tanto. Culminaba de este modo todas las expectativas levantadas por su brillantísima carrera de novillero. «Demostré que no estaba ahí por casualidad o porque hubiese sonado la flauta», dice. Pese a ello, el año siguiente -plagado de declaraciones incendiarias («Los de arriba quieren la tarta para ellos solos»), enfermedades exóticas (un virus denominado el abrazo del pato), cambios de apoderado y, en sus palabras, «demasiadas ganas»- a punto estuvo de quedar fuera de la feria de Madrid.
«Quizá estuve algo precipitado en el 97. Eso sí, completé 50 o 60 corridas. No fue para nada malo. Pero... Ahora, me noto más tranquilo, más relajado. Lo que quiero es degustar y disfrutar de mi profesión. Está claro que siempre quieres más. Siempre más arriba. Mantener la ilusión es esencial, pero sin perder de vista el sosiego», dice en una meditada puesta en limpio de sus intenciones.
«Este año he empezado fuerte. No estuve ni en Valencia ni Castellón con la mente puesta únicamente en Sevilla. No hubo suerte con el ganado. Rechazaron los que estaban anunciados y la verdad es que no se pudo dar más. En cualquier caso, fue una presencia importante. En ningún momento perdí la cara al toro y, sin triunfar, cumplí y así lo reconoció la gente y la crítica», declara para acto seguido iniciar una sucinta valoración de sus tres años de alternativa.
«Creo que la gente no aprecia cuando las cosas parecen fáciles. Yo era un desconocido para el público cuando me presenté en Madrid. Triunfé y, de repente, se me abrieron las puertas de las ferias. Quizá sea ésta la razón por la que cuesta tanto que se me reconozca. Como si la facilidad no se apreciara», comenta y sin dejar una pausa rectifica: «No quiero que parezca que me estoy quejando. Soy consciente de que son muchos los que desearían estar donde estoy. Lo diga quien lo diga, esto es muy duro».
Así, con la ambición disfrazada en traje modesto, este sobrino de matador (Antonio Sánchez- Puerto) e hijo de banderillero (Víctor Sánchez) afirma que el número de corridas no le preocupa en exceso. «Todo depende de cómo te encuentres. Si estás bien, todas, una tras otra, te saben a poco. Si no, lo peor que puedes hacer es forzar la máquina. Si no te quemas y eso se ve rápidamente», insiste.
Ahora le espera el ganado de Valdefresno en la primera de las dos tardes anunciadas. «Me ilusiona, sobre todo, la tarde del día 25. La confirmación de José Antonio Iniesta, que ha demostrado más de una razón por la que tiene que estar ahí, y Ortega Cano. Nada más y nada menos que la despedida de un auténtico maestro. Por supuesto, también figura un torero que se llama Víctor Puerto, creo, y que es un monstruo», declara en una equilibrada y divertida repartición de jabón.
Como ya es ley en lo que va de feria, se impone una súplica dirigida a los toros: «Movilidad. De lo contrario en Madrid es imposible». «Es curioso, con el empeño de sacar de su tipo al ganado en Las Ventas», reflexiona en voz alta, «te das cuenta de que el tipo de toro que podría gustar aquí, ese toro antiguo con peligro y cierto movimiento, te lo encuentras fuera, en provincias».
LA CORRIDA DE HOY
Plaza de Las Ventas.
16ª corrida de abono.
Toros de Valdefresno, propiedad de Nicolás Fraile, de la finca Valdefresno, en Tabera de Abajo (Salamanca). Divisa encarnada y amarilla. Antigüedad: 16 de mayo de 1994.
Matadores: Julio Aparicio, Jesulín de Ubrique y Víctor Puerto.
A las siete de la tarde.
Babelia
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