La falta de decisión sobre El Prat permite al PP potenciar Barajas

VIENE DE LA PÁGINA 1 Abril Martorell y Macias repitieron ayer que, visto el informe técnico, falta ahora que los políticos tomen la decisión que corresponda. Pero lo decían como si este asunto no fuera con ellos. Salvo que estuvieran insinuando que el acuerdo depende de una conversación en instancias superiores: Jordi Pujol, José María Aznar y Rafael Arias-Salgado. Pujol necesita presentar su negociación con el PP como un éxito que se traduce en las grandes inversiones que lancen a Cataluña hacia el futuro: puerto, aeropuerto y AVE. Pero la realidad es más dura: el PP ha descubierto que es posible decir sí y no al mismo tiempo: aprobar en el Congreso que las inversiones se tienen que hacer el año que viene y actuar de manera que esto sea imposible. El aeropuerto es un ejemplo más que claro. Aeropuerto subsidiario Si no hay acuerdo en 15 días, lo que es más que probable, Fomento trataría de sacar adelante su propuesta: situar la pista a 1.350 metros. Ésta afectaría de pleno a las marismas, declaradas zona protegida. La solución, sugirió ayer Abril Martorell, es compensar la afectación y trasladarlas, pero lo más probable es que la Unión Europea no aceptara esta decisión y pidiera un nuevo estudio. El Gobierno del PP habría hecho su trabajo, pero Europa no permitiría empezar las obras. Mientras, las inversiones en el aeropuerto de Barajas podrían haber dejado al de Barcelona en un lugar "subsidiario" -para utilizar las palabras del ministro Arias-Salgado en el documento que defendía la necesidad de concentrar las inversiones a 200 kilómetros de Madrid. La posición contraria es la sostenida por Lluís Tejedor, alcalde de El Prat, que ayer no quiso callar y advirtió que el trabajo mal hecho no tiene futuro. "La máxima capacidad del aeropuerto es la que garantiza un balance ambiental positivo. No podemos plantear una alternativa inviable en términos medioambientales". La propuesta de El Prat es muy simple y la resumió ayer Tejedor ante Abril Martorell y Macias: el proyecto de ampliación no se acaba en la distancia de la pista. Es imprescindible disponer de los estudios medioambientales que permitan decidir la mejor de ellas y no actuar al revés: optando por la pista y pretendiendo que es la mejor para el medio ambiente. Tejedor teme que, de lo contrario, las obras se dilaten tanto como las del desvío del Llobregat. Ayer, Abril Martorell reconoció que la declaración de impacto ambiental aún no está aprobada. Macias aseguró que lo estará antes del 15 de junio. Tejedor insistió en que el proyecto es más complejo: afecta al interior del perímetro aeroportuario y al exterior del mismo. Lo cierto es que las hipotéticas obras quedan más que lejos. Por mucho que se acelerara la decisión sobre la tercera pista, incluso suponiendo que el Ministerio de Fomento, contra viento y marea, presentara en días un plan director, faltan no pocos trámites imprescindibles que ni siquiera se han iniciado. Los primeros, los estudios medioambientales, previos a la declaración de impacto ambiental y que deben incluir alternativas. A continuación, hay que redactar los planes especiales, modificar el Plan General Metropolitano, adecuar los planes urbanísticos y proponer la modificación de la protección de los entornos de las lagunas. Ninguno de estos trámites ha empezado y todos exigen tiempo.