Gates confía en que los usuarios le darán la victoria en el pulso con los fiscales de EEUU
Los analistas creen que el futuro de la informática depende del resultado de este conflicto
Sólo una certeza emanaba ayer de las reacciones de todo tipo a la denuncia del Departamento de Justicia contra Microsoft, la empresa de Bill Gates: el futuro de la industria informática depende de cómo termine este pulso entre el Gobierno más poderoso del mundo y el hombre más rico del mundo. Consumidores y fabricantes de productos y programas informáticos estaban divididos en sus apuestas sobre el vencedor del conflicto y si este pleito tendrá un impacto limitado o se convertirá en un serio problema para Microsoft. Bill Gates confía en el apoyo de los usuarios para ganar esta guerra.
El conflicto recuerda al que la Casa Blanca sostuvo a comienzos de siglo con John Rockefeller, el propietario de Standard Oil. Esta compañía fue finalmente forzada, en 1912, a dividirse en varias empresas petroleras. Décadas más tarde, en 1984, al gigante telefónico ATT le ocurrió lo mismo: tuvo que separar sus servicios de larga distancia de los locales, que quedaron fragmentados en siete compañías, a las que se denominó baby bells.¿Le pasará lo mismo a Microsoft? Esta es la pretensión subyacente tras la acción antimopolio lanzada el lunes pasado por el Gobierno federal, reforzada por una veintena de Estados; y también es la solución que ya predijo uno de los más reconocidos gurús de las telecomunicaciones, Nicholas Negroponte, cuando declaró a EL PAÍS que la solución al problema de Microsoft pasaría por una fragmentación de esta compañía. Por el contrario, otros recuerdan que la última gran acción antimonopolio del Gobierno norteamericano en el campo de la infomática, emprendida en 1969 contra IBM, finalizó con la renuncia de la Administración a proseguir con los trámites de la demanda, trece años después de presentada.
Está claro que el Gobierno federal quiere separar el mercado de los sistemas operativos para ordenadores personales, del que Microsoft controla el 90% a través de Windows, del de los navegadores de Internet. La respuesta de Bill Gates es que no se puede separar una cosa de otra. Soplan a su favor los consumidores y la lógica de las innovaciones; no obstante lo cual, The Washington Post pronosticaba ayer una costosa batalla para Gates. Así lo vió el lunes Wall Street, donde la acción de Microsoft terminó devaluándose en un 3"8%. Microsoft perdió así 8.300 millones de dólares en valor de mercado y Gates, personalmente, 1.800 millones de dólares.
Pero Neil Herman, analista de la casa Salomon SmithBarney, expresó su convicción de que el fenómeno no va a durar. Su opinión es que las campañas antimonopolísticas son como los hemorroides: molestan, hacen daño, hacen bajar un poco las acciones; pero si el cuerpo es sano, no son mortales. La reacción de ayer de Wall Street parecía apoyar esa idea. Mediada la jornada bursátil, las acciones de Microsoft no registraban pérdidas ni ganancias significativas. Muchos analistas creían que el pleito entre Washington y Gates puede durar años, lo que, dados los avances diarios en esta materia, lo convertirán en obsoleto. Eso sí, la compañía Microsoft tendrá que gastar mucho dinero en abogados y perder algunas plumas en materia de imagen. Su presidente, Bill Gates, que ya ha comenzado a entregar Windows 98 a los fabricantes de ordenadores, apuesta por ganar esta guerra en el mercado, con el apoyo de los consumidores.
En un país en que los capitanes de empresa son vistos como héroes y donde los ordenadores e Internet no son sólo asuntos de los muy iniciados, el debate apasiona a la opinión pública. El Gobierno, siguiendo la clásica filosofía de lucha contra el monopolio, argumenta que cuantas más empresas haya en este mercado emergente, mejor será para los consumidores. Bill Gates replica diciendo que si su Windows no tiene rival es porque nadie ha hecho un producto más barato, útil, rápido y amistoso para el consumidor necesitado de hablar con el ordenador.
Los consumidores, que consideran que los productos lanzados por Gates han hecho manejables los ordenadores personales, están a favor de Gates en porcentajes superiores al 70%, según los sondeos de Business Week y Fortune.
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