Una obra de Díaz-Salazar aborda el cristianismo desde la laicidad y la izquierda
«A la izquierda yo la veo muy mal, pero ya hay muchos libros con ese diagnóstico y lo que hace falta son propuestas prácticas para refundar una cultura de izquierdas contra la insolidaridad», dijo ayer Rafael Díaz-Salazar, profesor de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, al presentar su libro La izquierda y el cristianismo (Taurus).A Díaz-Salazar le acompañaban dos confesos no cristianos, el socialista Ramón Jáuregui y el miembro de IU Javier Pastor. «El anticlericalismo», dijo Jáuregui, «es una asignatura pendiente del PSOE. Pero lo cierto es que a nuestro alrededor hay mucho más socialista de los que tienen carné, y lo palpo cotidianamente en el País Vasco. La tarea es enorme porque la sociedad funciona hoy con valores contrarios a la solidaridad y la fuerza del mercado es creciente».
Para Jaime Pastor -líder de la corriente Espacio Alternativo en IU-, «la izquierda sigue necesitando apoyarse en la razón, pero también en la pasión, en un espíritu que luche contra el predominio de los intereses materiales: y ahí hay una relación obligada con el cristianismo de liberación, igual que con el ecologismo y con el feminismo».
La izquierda y el cristianismo pasa revista al peso del humanismo cristiano en las izquierdas de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y, desde luego, España. El libro analiza ese componente en Tony Blair, François Mitterrand, Massimo D'Alema, Jacques Delors, Václav Havel o incluso líderes ecologistas como Petra Kelly.
Tratamiento laico
«He querido tratar laicamente el cristianismo», dijo Díaz-Salazar, «porque el cristianismo no es propiedad de nadie, ni siquiera de la Iglesia, que si quiere ser cristiana, que lo demuestre. El cristianismo puede contribuir a reconstruir la cultura y la moral de una ciudadanía de izquierdas pero que hoy carece de otras alternativas que las que le brindan unas formaciones políticas que lo más que proponen es mercadotecnia y carisma para llegar cuanto antes al poder».Díaz-Salazar pide a la izquierda acercarse a ideales del cristianismo originario, como «la pasión por la primacía de los últimos» con medidas «de realismo político, que no es lo mismo que pragmatismo», y una «cultura samaritana, de aproximarse siempre a lo que no parece ir con nosotros, como por ejemplo el sufrimiento ajeno».
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