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CiU, el PSC e IC se oponen al trazado de la "autopista eléctrica"

El proyecto de construcción de una línea de alta tensión en el Pirineo de Lleida para conectar las redes española y francesa ha sufrido un primer revés en el Parlament, donde los grupos de CiU, el PSC e IC han aprobado una proposición no de ley en la que se insta al Gobierno de la Generalitat a rechazar el trazado previsto por el Ministerio de Industria y Energía y a presentar en la Cámara catalana la máxima información disponible sobre la denominada "autopista eléctrica". Los ecologistas y los ayuntamientos afectados también se manifestaron hace meses en contra del proyecto. La interconexión eléctrica entre las estaciones de Teruel (Aragón) y Cazaril (sur de Francia) está pendiente desde 1986. Inicialmente estaba previsto que la línea entrara en territorio español por el valle de Gistaín, en el Pirineo de Huesca, pero la fuerte oposición de los vecinos y ayuntamientos de la zona obligó a Red Eléctrica de España (Redesa), promotora del proyecto, a buscar otras alternativas de trazado. Esta empresa también pretendía construir una estación de derivación en la localidad oscense de Torres del Obispo, desde la que partiría un ramal de 56 kilómetros hasta Isona, en el Pallars Jussà, donde enlazaría con la línea existente entre Sallent y Sentmenat, pero las obras se paralizaron cuando ya se habían instalado decenas de torres. 400.000 voltios El nuevo proyecto de Redesa, presentado recientemente por el ministro de Industria y Energía, Josep Piqué, al Gobierno francés pretende hacer pasar la polémica línea, de 400.000 voltios, por el norte de la provincia de Lleida. La empresa estatal tiene en mente tres alternativas posibles: el valle de Aran, el puerto de Salau y Tavascan (Pallars Sobirà). Estos trazados significarían un gran impacto ambiental porque afectarían a valles de gran valor ecológico y paisajístico y a extensas zonas declaradas de interés natural por la Generalitat. Además, cualquiera de los tres recorridos afectaría al Parque Nacional de Aigüestortes. Una línea de estas características necesita un corredor contra incendios de 50 metros de amplitud en todo su trazado. En un principio, la proposición debatida en el Parlament sólo propugnaba rechazar los trazados previstos por la provincia de Lleida, pero en el texto final aprobado -el PP se abstuvo- se incluyó a todo el Pirineo catalán. El diputado leridano de CiU Jesús Bartolomé esgrimió razones de tipo ambiental y de solidaridad para pedir al Gobierno catalán que se oponga al proyecto. Bartolomé recordó que el Pirineo de Lleida, con un total de 1.856,7 kilómetros lineales de tendido eléctrico, ya ha rebasado con creces la cuota energética que le corresponde. "Además", añadió, "no es de recibo que se nos quiera imponer una línea de alto voltaje que ha sido rechazada por otra comunidad".

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