La asimilación de terrorismo y nacionalismo provoca una nueva tensión entre Convergència y el PP
La relación de causa y efecto entre el nacionalismo y el terrorismo establecida por el socialista Alfonso Guerra y suscrita por el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, provocó ayer una indignada reacción de CiU. Su portavoz en el Congreso de los Diputados, Joaquim Molins, calificó de "gran irresponsabilidad" que Mayor hubiera suscrito esa opinión y le recordó que "es ministro gracias al nacionalismo". Molins consideró más graves las palabras de Mayor que las de Guerra, porque éste ya no tiene responsabilidades de gobierno.
Mayor Oreja opinó ayer que "tiene gran parte de sentido" la afirmación de Guerra según la cual no habría terrorismo si antes no hubiera habido nacionalismo. Guerra se refería a ETA y la situación en Euskadi y Mayor Oreja se cuidó de agregar que "eso no significa que el nacionalismo no tenga hoy una expresión democrática. Pero esto no evitó la reacción de CiU, que se sintió aludida. A ello contribuyó que el portavoz del Gobierno, Miguel Ängel Rodríguez recriminara a Guerra que los socialistas coincidan con los nacionalistas en cuestiones como la reforma del estudio de las humanidades y apoyaran la ley del catalán. Molins respondió a Rodríguez que ""examinará con detalle" estas declaraciones. "Del portavoz del Gobierno hemos aguantado ya muchas cosas y esta sería excesiva", dijo. Preguntado sobre si CiU pediría la dimisión de Rodrígez, respondió: "Las dimisiones pueden conseguirse sin pedirlas". También el secretario general de Convergència, Pere Este ve, y el de Organización, Felip Puig, arremetieron contra Mayor y Guerra. Pero Esteve precisó que, en su opinión, es más preocupante la posición del ministro porque sus palabras "demuestran que no hay un afán de enfocar ciertas cuestiones con un espíritu constructivo". Mientras esto sucedía, en Barcelona y Madrid, el presidente Jordi Pujol, en visita oficial a Suecia, tuvo que volver a hablar ayer de la ley del catalán para rechazar que supusiera una agresión contra nadie. Frente a las críticas que le formularon el socialista Narcís Serra y el popular Alberto Fernández Díaz, por haber dicho el miércoles la "obviedad" de que "cualquier avance del catalán iría en detrimento del castellano", un Pujol visiblemente irritado comentó que a algunos "les parecía bien el expolio cultural y lingüístico cometido contra Cataluña en 40 años de franquismo". Pujol no quería hablar de cuestiones internas durante sus dos días de estancia en Suecia. Pero uno de los ejes del viaje consistía, precisamente, en comentar con los máximos responsables del Gobierno de Estocolmo las políticas adecuadas para defender la identidad cultural de las naciones pequeñas (Suecia, con 8,5 millones de habitantes, y Cataluña, con 6 millones) frente al fenómeno de la globalización. Y de ahí se pasó, en una conferencia de prensa, a la ley del catalán y al recrudecimiento del inacabable debate lingüístico entre la clase política. El presidente catalán se entrevistó con la ministra de Cultura sueca, Marita Ulvfkog, quien le comentó que dentro de las políticas de apoyo a la lengua propia su Gobierno impulsa el doblaje "hablado, no con subtítulos" de las películas infantiles. "Los suecos, amenazados por el inglés, los daneses, amenazados por el alemán, y aún más los finlandeses, tienen un enorme interés en proteger su cultura", explicó Pujol. De ese asunto habló también durante un almuerzo de honor con el alcalde de Estocolmo, Ingmar Ingevik. Durante la conferencia de prensa, Pujol se mostró crecientemente irritado por las críticas a su política lingüística. "Hoy, 8 de mayo, se cumplen exactamente 18 años desde que una coalición nacionalista y un presidente llamado Jordi Pujol empezaron a gobernar en Cataluña. Si hubiéramos aplicado una política de división, de enfrentamiento, al cabo de todo ese tiempo se habría notado. Al contrario", siguió, "la economía crece por encima de la española, el desempleo está por debajo del español y mantenemos una cohesión social muy fuerte". "Ahora bien, la lengua y la cultura catalanas deben recuperarse tras muchísimos años de persecución. Supongo que a quienes se oponen a esa recuperación ya les parecía bien el expolio cultural y lingüístico cometido contra Cataluña en 40 años de franquismo", añadió.
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