Las combinaciones del ADN
¿Cómo se generan genes maduros que producen los dos tipos de cadenas de los anticuerpos y cómo se consigue que éstas difieran entre sí sólo en una región y no en otras? En el genoma, es decir, en nuestro ADN, existen cuatro tipos de fragmentos genéticos que participan en la generación de los genes de las cadenas de los anticuerpos. Es como si el genoma tuviera cuatro barajas diferentes. De cada una tomará una carta para producir una combinación única, un único gen, con la información necesaria para sintetizar una cadena de anticuerpos determinada.La combinación y unión de dos de estos fragmentos para la cadena ligera y de tres para la cadena pesada va a producir las regiones variables. El cuarto fragmento, que también se unirá a los anteriores, corresponde a la región constante. En total, unos 120 fragmentos del primer tipo, unos 15 fragmentos del segundo y unos 27 fragmentos del tercero. El número de fragmentos del cuarto tipo es menor, y de ellos depende la clase de anticuerpo que vaya a producirse, cuyas propiedades biológicas serán distintas según el tipo de ataque exterior del que pretenda defendernos.
Es fácil calcular que con la combinación de estas cuatro barajas genéticas es posible producir miles de genes distintos. Cada uno de ellos dirigirá la producción de una cadena determinada, que a su vez participará en la formación de un anticuerpo maduro. La diversidad generada de este modo es, sin embargo, aún mayor de la calculada, porque la unión de dos fragmentos genéticos determinados no se produce siempre de la misma manera. El sitio de unión preciso entre los fragmentos de ADN, que es el que va a determinar la región del anticuerpo que se une a una substancia determinada, puede diferir de unión a unión. Se producen así anticuerpos muy similares pero que, sin embargo, variarán en su capacidad para unirse a los parásitos o microorganismos.
La variedad de los anticuerpos aumenta mediante la combinación de dos cadenas ligeras con dos pesadas para la formación del anticuerpo maduro. La combinación de genes o de cadenas no es, sin embargo, el único proceso que genera diversidad adicional, y procesos de mutación y de hipermutación genética participan también en la producción de mayor diversidad inmunológica.
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