La ciudad victoriosa

Gracias a los 15 años del Festival Europeo de Teatro Grecolatino ha comenzado un plan de recuperación del parque arqueológico romano de Segóbriga (ciudad victoriosa o Torre de la Victoria), que data del siglo I y oculta antecedentes celtíberos. Se está estudiando el entorno, en el que ya han aparecido, además del teatro y el anfiteatro, restos de una ciudad, de la centuratio ( repartición de tierras en múltiplos de 100 pasos), de las termas, de una calzada, un santuario y, a lo lejos, del acueducto. Recorriendo la zona como lo hizo desde niño, con la mirada escudriñando el suelo, Gerardo Heras, guarda del conjunto, detectó hace unos años, guiado por el tortuoso sendero que traza una fila de hierba bordeada por dos laterales secos, el indicio de los restos del acueducto que ahora está por descubrir. A su olfato y experiencia recurren desde hace 18 años catedráticos y arqueólogos en sus visitas.Los alumnos que acudieron al festival de teatro el pasado 29 de abril aprovecharon para visitar las ruinas romanas y el museo arqueológico. Ninguno de los 2.500 estudiantes faltó a la cita de la representación matutina y vespertina, pese a las inclemencias del tiempo. Al principio parecía que los dioses no eran propicios: la tormenta de la víspera había dado al traste con la electricidad y se corría el riesgo de no poder utilizar la megafonía. Pero, a buen seguro por la intervención directa de Zeus, todo funcionó, aunque con una hora de retraso. El alboroto provocado por la espera fue tajantemente cortado por el presentador, Francisco Tomás: «El que venga a ver el teatro, que se quede; el que quiera gritar, que se vaya a saltar por el campo». Los alumnos supieron guardar antes de la función un minuto de silencio en memoria del poeta Carlos de la Rica y del ingeniero agrónomo José Sanchidrián, impulsor el primero del festival y defensor a ultranza de la conservación del recinto el segundo.