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CULTURA QUIERE ACERCAR A LOS TURISTAS AL CAMPO DE BATALLA

Francia y Polonia piden a Ruiz-Gallardón que declare lugar histórico las cumbres de Somosierra

Vicente G. Olaya

Las cumbres de Somosierra pueden convertirse en lugar de interés histórico. Las embajadas de Polonia y Francia han pedido a la Comunidad que dé la máxima protección legal a los lugares donde se desarrolló, el 30 de noviembre de 1808, la batalla de Somosierra. Unos 28.000 franceses, españoles y polacos se enfrentaron por la conquista de un puerto que resultaba clave para la toma de Madrid. Un informe de la Asociación de Amigos de la Historia Militar lo describe así: "La batalla pasó a los anales de la historia militar como una de las acciones más representativas del genio táctico de Napoleón y del empleo inimaginable de la caballería. Los jinetes polacos que ejecutaron carga alcanzaron la categoría de mito".

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Fuentes de la Consejería de Cultura explicaron ayer: "La idea es convertir el entorno de Somosierra en la primera batalla declarada de interés histórico en Madrid. Se está estudiando acotar la zona donde se produjo el enfrentamiento para convertirla en visitable. Se podrían establecer recorridos turísticos que pasarían por el puente desde donde Napoleón dirigió el ataque, por el fuerte francés que se levantó meses después para impedir que los españoles retomasen el puerto, cuyos restos aún se conservan, o el museo que el párroco de Somosierra está creando desde hace años. Somosierra es un hito en la historia de Polonia. Sus representantes en España y decenas de turistas de este país visitan cada año el lugar para honrar a sus héroes".

El embajador de Polonia, Wladyslaw Klaczynski, remitió el mes pasado una carta a Alberto Ruiz-Gallardón pidiendo que la zona sea declarada lugar de interés histórico, porque "sería un homenaje tanto a los soldados españoles que heroicamente defendieron el puerto como a los jinetes polacos". El embajador francés, Patrick Leclerq, añadió en una misiva similar: "Creo, como mi colega polaco, que esta declaración constituiría un homenaje al valor de los soldados españoles y al de los del Ejército Imperial.

El 19 de julio de 1808, las tropas francesas sufrieron en Bailén uno de sus mayores reveses en la Guerra de la Independencia. El ejército napoleónico tuvo que replegarse al otro lado del Ebro. El emperador montó en cólera. El mismo se iba a ver obligado, en noviembre de ese año, a capitanear un ejército para recuperar la totalidad de la Península. A su paso, las ciudades del norte de España fueron rindiéndose. Los españoles decidieron entonces levantar, en las cimas de Somosierra, una barrera militar que evitase que los franceses volvieran a tomar Madrid.

Allí se concentraron unos 10.000 soldados y voluntarios mal equipados, además de 16 cañones. El frente de batalla se extendió donde ahora se levantan una gasolinera, un pequeño hostal y la vieja carretera de Burgos a su paso por Somosierra. Al frente de ese ejército español se encontraba el general San Juan. Al otro lado, en la vertiente segoviana, aguardaban las tropas de Napoleón. Unos 18.000hombres, de los que 678 eran jinetes de la caballería polaca.

150 jinetes al galope

A las tres de la madrugada del 30 de noviembre de 1808, en medio de una espesa niebla, Napoleón ordenó el avance. Los fusileros de ambos ejércitos se dieron de bruces en las laderas del pico de la Cebollera. Tras un intenso tiroteo, ninguno de los ejércitos logró avanzar. Napoleón tomó entonces una decisión arriesgada. Ordenó a la caballería polaca destruir los cañones del ejército español. Ciento cincuenta jinetes, al mando del comandante Kozietulski, a al galope contra la artillería. La mayoría murieron, pero dejaron muy debilitada la defensa española. Una segunda carga de jinetes polacos y de soldados de la Guardia Imperial rompió definitivamente la línea del general San Juan. Napoleón ordenó entonces avanzar al grueso de su ejército. Los españoles fueron atrapados en masa.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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