Los expertos cifran en 120 de máxima y 80 de mínima el valor óptimo de presión arterial
España adapta las recomendaciones estadounidenses
Aunque se siguen manteniendo los mismos valores a partir de los que se considera que existe hipertensión arterial (140 de sistólica o máxima y 90 diastólica o mínima), los expertos acaban de hacer nuevas recomendaciones sobre este proceso. Así, han propuesto unas cifras tensionales óptimas, que antes no existían y que se sitúan hasta 120 y 80 miligramos de mercurio (120/80 mm/Hg). Asimismo, se destaca la importancia de prevenir la elevación de la presión arterial que ocurre con la edad, prestar más atención a la hipertensión sistólica aislada (por encima de 140 y debajo de 90, que aparece en el 30% de los ancianos hipertensos) y considerar la trascendencia de la presión arterial normal alta (entre 130-139/85-89), cuyo mantenimiento puede alertar sobre un estado prehipertensivo.
Todas estas nuevas recomendaciones pertenecen al VI informe del Comité Americano para la Prevención, Detección, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial, que presentó en Santiago de Compostela la semana pasada su presidente, Sheldon G. Sheps, en la reunión anual de la sección científica de hipertensión de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Como señala José Luis Palma Gámiz, presidente de esta sección de la SEC y jefe clínico de Cardiología del hospital Ramón y Cajal de Madrid, toda la comunidad médica internacional asume estas pautas para prevenir y controlar un proceso «que constituye uno de los más importantes factores de riesgo cardiovascular y que afecta al 20% de los españoles de más de 40 años y al 50% de los mayores de 65».
Este informe, según destaca el experto español, sugiere que el tratamiento antihipertensivo debe bajar las cifras a niveles inferiores a 130/85, sin precisar límites, sobre todo para prevenir complicaciones como el accidente cerebrovascular y las insuficiencias renal y cardiaca.
Palma Gámiz advierte que cuanto más baja se tenga la tensión arterial, mejor: «Tradicionalmente se ha considerado un seguro de vida. Y esto lo tienen muy bien estudiados las compañías aseguradoras. Por tratarse de un proceso que no da síntomas, para su prevención o detección precoz los expertos aconsejan una primera toma de la tensión a los 40 años, que deberá hacerse con una periodicidad anual o bienal. Si es normal alta, tendrá que repetirse al cabo de seis o doce meses.
Higiene y dieta
El cardiólogo aclara que en un gran número de personas se podría mantener la tensión controlada sólo con medidas higiénico-dietéticas, sin necesidad de fármacos, como propone el informe americano. «Nuestra dieta mediterránea», explica, «está en esa línea, es decir, reducir las grasas animales y grasas saturadas en general y aumentar el de pescado y vegetales. También conviene moderar el alcohol y sal, eliminar el tabaco, evitar el sobrepeso y hacer ejercicio equivalente a andar media hora a paso ligero tres o cuatro días por semana». Según Palma Gámiz, uno de los principales problemas del manejo de la hipertensión es la adherencia al tratamiento dietético e incluso farmacológico. Al tratarse de una enfermedad crónica, que exige una disciplina de por vida, muchos pacientes se cansan. Si en los ancianos, que cuidan más la salud, las cifras de cumplimiento casi alcanzan el 90%, en los adultos jóvenes no llegan al 50%.
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