La culpa no es sólo de la pesca

Sobre la gestión pesquera y su incidencia en la población marina, el jefe de recursos pesqueros de Azti, Josu Santiago, asegura que "no existe riesgo de perder ninguna especie desde el punto de vista conservacionista, aunque en algunos casos podría peligrar su mantenimiento para una pesca comercial. Es el caso de la merluza, los rapes, los gallos o el verdel, sobre las que comenta Santiago: "Tenemos un gran desconocimiento biológico". La Unión Europea ha establecido este año por primera vez un nivel máximo de capturas para el atún rojo, recomendando reducir las capturas un 30% sobre lo que se pescaba hace tres años. "Las recomendaciones de los científicos están orientadas a frenar el incremento de las capturas porque vamos a llevar a las poblaciones a un nivel en el que la pesca no va a ser rentable desde el punto de vista comercial", explica Santiago. Aunque en la pesca intervienen numerosos factores políticos y económicos, además del biológico, "hoy los niveles totales de capturas que establece la UE se parecen más a lo que aconseja el estamento científico". No obstante, Santiago matiza que últimamente "aspectos oceanográficos y climáticos tienen un papel muy relevante en las fluctuaciones de las poblaciones de peces. Acostumbramos a echar la culpa siempre a la pesca, pero el medio ambiente interviene de manera decisiva en las variaciones de la población marina".