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Francisco Rico reivindica la catalanidad del "Quijote" al presentar la nueva edición ante Pujol

El presidente de la Generalitat subraya la universalidad de la obra cervantina

Jacinto Antón

La cuidadísima nueva edición del Quijote , realizada por el Instituto Cervantes y publicada por Crítica, se presentó ayer en Barcelona en un acto institucional con presencia del propio presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol. Después de que el director de la edición, el académico Francisco Rico, loara la relación de los catalanes con el Quijote -llegó a calificarlo de «casi el libro nacional de Cataluña»-, Pujol marcó distancias de manera sutil pero significativa. Dijo que el Quijote es un patrimonio de todas las culturas y que es en ese sentido en el que la cultura catalana lo siente como propio. Así, puso a Cervantes en el mismo nivel, desde el punto de vista de patrimonio, que Dante, Lutero y Goethe. E incluso señaló una «ventaja» de la Divina Comedia sobre el Quijote: la obra de Dante es «definidora de la lengua».

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Las declaraciones de Pujol contrastaron con el entusiasmo que mostraron por el Quijote y Cervantes los otros participantes en el acto, que hablaron antes que el presidente de la Generalitat. De todas formas, no era previsible que Pujol se sintiera muy cómodo con las aseveraciones de Rico de que «es difícil no asociar el nombre del Quijote y el de Cataluña» y «el Quijote es el más catalán de los libros» (el presidente catalán afirmó en una ocasión: «Nosotros no podemos ir por el mundo con el nombre de Cervantes, por muy admirable y fundamental que sea; hemos de representarnos con nuestra propia identidad»). Pujol empezó su intervención preguntándose qué podía decir él cuando habían hablado antes tantos eruditos (Rico, Eduardo Mendoza y Martín de Riquer). Dijo que como presidente de la Generalitat le satisfacía mucho la presentación de la nueva edición del Quijote en la sede del Gobierno de Cataluña. Felicitó a Rico. Apuntó que leyó el Quijote, «a diferencia de muchos otros que dicen que lo han leído pero no es cierto, en dos veces, hace años». Insistió en la presencia de Barcelona en el Quijote y de Cervantes en Barcelona, señalada antes por los eruditos. Dijo que su propia referencia del interés catalán por el Quijote son el prohombre bibliófilo Isidre Bonsoms, que reunió una gran colección bibliográfica cervantina, y Martín de Riquer. Y hasta leyó un fragmento del Quijote, referido a Barcelona, en castellano. «Muchas cosas hacen simpático al Quijote y a Cervantes», dijo.

«Visiones hostiles»

Y entonces añadió: «Es un patrimonio de todas las culturas y literaturas, de la española, de la castellana. De todas. Nosotros, en Cataluña, hemos de dedicar una parte importante de nuestra energía a defender nuestra lengua, ligada a nuestra identidad. Pero eso no nos ha hecho perder de vista, gracias a Dios, las cosas que son patrimonio de todos». Agregó: «Hemos sido capaces de no dejarnos arrastrar por visiones hostiles que han usado el Quijote». Y sintetizó: «Nos interesa mucho estar abiertos a todo aquello que es patrimonio de todas las cultura, y por tanto nuestro». El presidente tuvo un lapsus cuando consideró que el Quijote es una novela tremendamente amarga y lo justificó con el título: «El ingenuo hidalgo Don Quijote de la Mancha». Apuntó Pujol que sólo conoce «un caso similar de trascendencia (...), la Divina Comedia , con la ventaja para ésta de que es definidora de la lengua, la lengua italiana viene de la Divina Comedia». También Lutero, por su traducción al alemán de la Biblia, y Goethe, dijo, «son patrimonio nuestro. No nos los apropiamos, pero nos sentimos parte de su grandeza».

Antes, Francisco Rico, responsable de la que parece llamada a ser la edición «definitiva» del Quijote en muchos años, en la que ha participado un verdadero ejército de especialistas, señaló que el objetivo principal de la empresa, fruto de cinco años de trabajos, «era hacer un texto claro y legible para el lector común, lo más grato posible». Rico, que realizó parte de su parlamento en catalán, subrayó la gran relación de Cataluña con la magna obra de Cervantes y afirmó: «Si hay un libro inequívocamente catalán, es el Quijote ».

Rico, que consideró «natural» la presencia del presidente de la Generalitat en el acto, recordó que en la Biblioteca de Cataluña, que posee, dijo, «la mejor colección cervantina del mundo», se ha realizado parte fundamental del trabajo para la nueva edición del Quijote. Señaló que, además, buena parte de los miembros del equipo de redacción pertenecen a la Universidad Autónoma de Barcelona. Todo ello «da una impronta inequívocamente catalana a la nueva edición». Eso es normal», continuó, «porque si hay un libro favorito de los catalanes a lo largo del tiempo (...), es el Quijote. Eso se ha hecho en Cataluña en mayor medida que en cualquier otro lugar de España».

Por su parte, Mendoza calificó la nueva edición de «magnífica» y dijo que el Quijote siempre ha estado muy cerca del corazón de los catalanes. Recordó que Josep Carner citó a Don Quijote como su personaje favorito de ficción en el cuestionario Proust por la siguiente razón: «Es uno de los pocos catalanófilos del vecindario». Martín de Riquer subrayó que, además de la presencia de Barcelona en el Quijote, hay algo muy importante: «Tal y como existe hoy el Quijote, no lo tendríamos si no fuera por la sociedad catalana de la época».

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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