Jesús Pardo publica un libro en el que reúne los inventos que mas han dado que hablar

Su biblioteca suma 15.000 títulos y él presume de tener buena memoría.El escritor Jésús Pardo (Santander, 1927) tenía en la cabeza el grueso del libro, Zapatos para el pie izquierdo (Temas de hoy), antes de empezar a redactarlo. No ha recurrido a archivos oficiales, ni ha realizado una investigacion original y "no se trata, por tanto, de un libro científico, pero todo lo que se cuenta es verdad",aseguró ayer el novelista al referise al primer libro de "no imaginación" que escribe. Zapatos para el pie izquierdo desarrolla a lo largo de 198 páginas hechos e inventos que cambiaron el mundo. Está el descubrimiento de la horma, para el pie izquierdo en 1.818, el sostén, la dirección del tráfico, el coito frontal, el primer retrato, el yogur, el cambio de hora en verano y la primera canción de amor, entre otros.

"La horma para el pie izquiedo fue de gran utilidad para la humanidad, pero los primeros en disfrutarlo fueron los ricos porque el pueblo siguió teniendo zapatos iguales hasta que se descubrieron las máquinas de coser", recalcó Pardo sin poder evitar un gesto de contrariedad al rememorar cómo debieron sentirse los soldados de Napoleón que se batieron en retirada desde Moscú, calzados con unas botas que no eran de su número. Ahora que el libro se ha editado, Pardo lamenta no haber incluido una pequeña anécdota, en el capítulo dedicado a los retretes, sobre Catalina La Grande y su water, que utilizaban todos los invitados ilustres que acudían a palacio: "Bajo el servicio había una habitación, guardada por un cosaco que, armado con una escobilla, limpiaba el culo a todo el que utilizaba el servicio real".

Según el autor de Autorretratos sin retoques, para los hombres modernos inventar es encontrar cosas nuevas. "Hay muchas cosas en las que no hemos caído todavía. A veces se trata de adaptar leyes físicas que ya existen". Su opinión es que la palabra inventar en realidad significa "encontrar". Edison, el paradígima de los inventores, modernos, solía decir que el inventor es simplemente un hombre curioso.