Un barco de Greenpeace protesta contra las redes de deriva
Las redes de deriva -conocidas como cortinas de la muerte- son un método de pesca que durante más de 15 años ha sido blanco de críticas de organizaciones ecologistas y cofradías de pescadores del Cantábrico.Según los críticos, el método, utilizado habitualmente en Europa por pescadores ingleses, franceses e italianos, amenaza con extinguir 48 especies acuáticas (delfines, ballenas, tortugas, aves marinas y tiburones), que son devueltas al mar sin posibilidad de sobrevivir. Por estas razones, las cofradías del Cantábrico, Greenpeace e Itsas Geroa iniciaron ayer, desde el puerto bonitero de Burela (Lugo), la campaña Travesía azul, para exigir la prohibición de redes de deriva, que en una temporada puede acabar con 1.700 delfines y 82.000 tiburones azules.
Los pescadores españoles unirán sus embarcaciones al remolcador MV Greenpeace y navegarán hasta el próximo día 23, con escalas en Gijón (mañana), Santoña (día 17), Bermeo (día 19), Hondarribia (día 20), San Juan de Luz (día 21), para atracar finalmente en Burdeos. En todas las escalas el barco permanecerá abierto al público. La campaña contempla la próxima reunión, el 8 de junio, de ministros de Pesca de la UE.
En España esta técnica está prohibida -pese a que la UE sí la permite, siempre que la longitud de la red no supere los 2,5 kilómetros- La postura española contra de ese método cuenta con el apoyo de Alemania e Italia.
Los pescadores del Cantábrico se han concienciado de las consecuencias negativas que tiene para el hábitat este método, ya que daña la "única garantía de conservación" de los recursos y de las poblaciones que viven de esta actividad, según manifestó Arnau Mateu, responsable de Greenpeace para la campaña.
Los organizadores también han denunciado que en el Atlántico 35 embarcaciones francesas, 10 británicas y ocho irlandesas siguen faenando con esas redes para capturar bonito. Según Greenpeace, han llegado a interceptar a un pesquero japonés con redes que superaban los 40 kilómetros de longitud.
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