Las tabacaleras de EE UU intentarán reducir su factura con el Gobierno
Los fabricantes condicionan el acuerdo a la inmunidad
, Las negociaciones con representantes de la industria no han evitado que el borrador del acuerdo sobre el tabaco (que deberá aprobar el Senado) desencadene críticas desde todos los sectores. En las semanas que restan hasta su aprobación definitiva, las tabacaleras tratarán de reducir la factura (78,4 billones de pesetas) y las autoridades sanitarias intentarán que la inmunidad legal de estas compañías tenga un límite.
Tanto las industrias del sector como las asociaciones antitabaco tienen formados en Washington fuertes grupos de presión que intentarán modificar el texto presentado formalmente a última hora del lunes. El borrador deberá votarse el viernes en la Comisión de Comercio del Senado para pasar al debate posterior en esa cámara.El presidente de la comisión, John McCain, ha redactado el proyecto de ley después de intensas negociaciones en los últimos meses con representantes de once instancias: desde abogados de las empresas tabaqueras hasta delegados de la Casa Blanca, de las autoridades sanitarias, de organizaciones de consumo e incluso de asociaciones de fumadores y de no fumadores.
El texto ahora presentado es más duro con la industria del tabaco, pero falta por definir la inmunidad legal que conseguirían las tabacaleras. Éstas parecen dispuestas a pagar el incremento de la factura si a cambio reciben la protección legal que desean.
El proyecto de ley fija una indemnización de 506.000 millones de dólares (78,4 billones de pesetas) que deberá pagar la industria del tabaco; es decir, 21 billones más de lo que se había comprometido a pagar en el acuerdo pactado con 40 Estados el verano pasado. Antes de que el proyecto de ley llegue al Senado los representantes de estas empresas tratarán de rebajar esa factura.
La propuesta de McCain garantiza a la industria un límite de 6.500 millones de dólares (cerca de un billón de pesetas) como tope máximo de indemnizaciones anuales en futuras demandas; ese límite desaparecería si la industria no consiguiese reducir el consumo de tabaco entre los más jóvenes. Los representantes de la industria que habían negociado con McCain el texto del proyecto de ley consideran que la factura que se les impone es excesiva y creen que la inmunidad debe ser mayor. Para los representantes de organizaciones antitabaco, la factura es escasa.
Everett Koop, exsecretario de Sanidad presente en las negociaciones como representante de las autoriades sanitarias, aseguró que no apoya el proyecto de ley en su redacción actual: "Ofrece una protección excesiva a la industria del tabaco", dijo Koop. Phil Carlton, uno de los negociadores de la industria, mostró una opinión opuesta: "Tal y como está, el proyecto de ley pondría en peligro la continuidad de estas empresas, impondría a los consumidores un incremento de los precios del tabaco y podría llegar a crear un mercado negro".
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