El MEC encargó a Arthur Andersen otro diagnóstico
El estudio del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE) ya estaba en marcha en junio de 1977, cuando la Subsecretaría del Ministerio de Educación sacó a concurso un estudio denominado Análisis y diagnóstico de la situación actual del sistema educativo en España. El presupuesto máximo era de 15 millones de pesetas, y la empresa adjudicataria fue Arthur Andersen, que presupuestó su trabajo en 14,5 millones. Además de esta consultora sólo se presentó a concurso Gabise, SA, que valoró sus servicios en un millón menos.
En el pliego de cláusulas administrativas destaca la siguiente: "La celebración del contrato se justifica en base a las características de alta especialización técnica que requieren el empleo de medios personales y materiales, así como de métodos y procedimientos de investigación, análisis y evaluación con los que no cuenta el departamento, según queda acreditado en el expediente de contratación".
Este argumento causó estupefacción en el INCE, organismo oficial con un presupuesto anual de 100 millones y una plantilla de una treintena de personas, especialmente cuando se conoció el contenido específico de la investigación de Arthur Andersen.
Dos cuestionarios
Esta consultora envió en enero un cuestionario de 32 preguntas a los directores de 800 centros y otro de 33 preguntas a los presidentes de las asociaciones de padres. No hay preguntas para alumnos y profesores, ni otro tipo de trabajo de campo.Entre las cuestiones a las que el director debe responder de 1 a 5 según la importancia atribuida destacan algunas por su obviedad: "4. Importancia de que el número de profesores existentes en el centro sea suficiente en relación al número de alumnos. 7. Importancia de que el aprovechamiento de las instalaciones del centro y de las capacidades de las personas que trabajan en él sea bueno. 12. Importancia de que los contenidos de los temarios sean útiles para que el alumno se integre mejor en la sociedad".
En el pliego de prescripciones técnicas se especifica que "el alcance del proyecto a abordar está limitado a la enseñanza primaria, EGB, secundaria y BUP, impartidas en centros públicos ubicados en el territorio gestionado por el Ministerio de Educación y Ciencia". Lo curioso es que se excluyó la formación profesional y se incluyó la EGB, que acababa de desaparecer.
Arthur Andersen, por medio de uno de los coordinadores del diagnóstico, declinó ayer hacer comentarios a este periódico.
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