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España exige a Alemania el retorno del 80% de los 318.000 millones que gastará en el Leopard

Miguel González

El Consejo de Ministros aprobó el viernes, la ejecución del programa Leopard, la compra de 225 carros de combate por 317.709 millones de pesetas, aunque no informó de dicha decisión ni en la rueda de prensa ni en la referencia oficial. La cumbre hispano-alemana, que hoy se celebra en El Escorial (Madrid), ha sido decisiva para desbloquear un proyecto que ahora entra en su fase más díficil: el reparto de contratos entre empresas españolas y germanas. España quiere que el 80% de su inversión revierta en la industria nacional, por cofabricación o compensaciones.

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El programa Leopard 2E (Español) será el eje central de la cumbre que hoy presiden el jefe del Gobierno José María Aznar y el canciller Helmut Kohl. Ello explica la presencia, por parte española, de los ministros de Industria y Defensa, Josep Piqué y Eduardo Serra, y por parte alemana, del homólogo del segundo, Volker Rühe.También asistirán los respectivos titulares de Economía, Rodrigo Rato y Guenther Rexrodt, y Exteriores, Abel Matutes y Klaus Kinkel, así como el secretario de Hacienda germano. Juergen Stark. Aunque la cumbre se celebra hoy, Kohl llegó a las 19.15 horas de ayer a Madrid para cenar en privado en El Escorial con Aznar, mientras Rato invitaba en el Banco de España al resto de la delegación.

El programa Leopard supone la compra de 219 carros de combate y 16 de recuperación (con grúa), que serán entregados al Ejército de Tierra entre los años 2000 y 2006, para sustituir a los M-60AI y M-48A5 americanos y a los AMX-30 franceses. El coste total incluye la formación del personal, la dotación inicial de munición y el apoyo logístico integrado.

El Ejército español tiene ya 108 carros Leopard, alquilados por Alemania hasta el año 2002, que podrían ser comprados y modernizados, para homologarlos con los que se van a fabricar, si el precio resulta asequible y la adaptación puede hacerla la industria nacional.

Adjudicación a SBB

La aprobación de la orden de ejecución del programa Leopard supone el pistolezo de salida de una negociación que será dura y compleja. El acuerdo del Consejo de Ministros prevé que el contratista principal del proyecto sea Santa Bárbara Blindados (SBB), propiedad al 100% de la empresa pública Santa Bárbara, que en breve será privatizada mediante una amplicación de capital, que permitirá a Patentes Talgo hacerse con el 55% de la compañía por 2.000 millones.Fuentes de Industria niegan que el retraso en la privatización de SBB se deba a problemas en la negociación y alegan que la aprobación del programa debía ser previa a la venta de la empresa, al tratarse de una adjudicación directa. Talgo no compraría SBB sin la garantía de que es la contratista principal del Leopard.

La adjudicación a SBB tampoco supone que se hayan despejado todas las incógnitas. La factoría sevillana se limitará al ensamblaje de los carros de combate, la integración de sus componentes, pero es en la fabricación de estos últimos donde está el verdadero valor añadido. España exige que el 60% del coste de fabricación del Leopard corresponda a empresas españolas y que otro 20% revierta a la industria nacional mediante compensaciones.

Las aspiraciones españolas son modestas teniendo en cuenta que en otros programas se han pactado compensaciones por un valor superior a la inversión. Sin embargo, la empresa Krauss-Maffei, que actúa como interlocutora de la industria alemana para el contrato español, ha ofrecido hasta ahora menos del 50% de cofabricación, bajo la advertencia de que podrían dispararse los costes.

La negativa alemana es aún más firme cuando se trata de incorporar al carro de combate tecnología española y no sólo mano de obra. La empresa Enosa, del grupo público Indra, ha desarrollado una dirección de tiro, la MK, incorporada a otros blindados -como el ANIX-30, el M-48 o el Pizarro-, que podría adaptarse al Leopard. Alemania insiste en que el Leopard se vende con su dirección de tiro, que fabrica Atlas Elektronik. El problema no es sólo económico, aunque este componente supone en torno al 20% del precio total.

Fuentes de Defensa afirman que todavía no se ha tomado ninguna decisión sobre la dirección de tiro, aunque advierten que el modelo de Enosa no ha sido adaptado ni probado en el Leopard y quizá no haya tiempo para ello. En todo caso, agregan, la empresa pública participará en la dirección de tiro elegida, cualquiera que sea.

Lo cierto es que Enosa no ha podido adaptar la suya al Leopard porque Alemania se ha negado a facilitar la documentación necesaria para ello.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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