Yeltsin ofrecerá hoy al Papa su mediación ante la Iglesia ortodoxa rusa

La audiencia de hoy con el papa Juan Pablo II en el Vaticano es una de las citas esenciales de la visita oficial que comenzó ayer el presidente ruso, Borís Yeltsin, a Italia. La precaria salud de Yeltsin ha sido un elemento decisivo a la hora de redactar la agenda de esta segunda visita a Roma del mandatario ruso de la era postsoviética. La jornada de ayer quedó limitada a un encuentro con el presidente Oscar Luigi Scalfaro, en espera de la intensa sesión de hoy cuando Yeltsin se encontrará con el primer ministro, Romano Prodi, antes de su visita al Vaticano, donde se ofrecerá para mediar ante la Iglesia ortodoxa.

El presidente ruso se ha declarado dispuesto a renovar la invitación a Juan Pablo II, hecha en su día por Mijaíl Gorvachov, para que visite Moscú. Consciente de las tensiones que existen entre la Iglesia católica y la ortodoxa rusa, Yeltsin se declaraba "dispuesto a discutir" estos temas con el Pontífice, y a abordar incluso el tema de la libertad religiosa. El presidente ruso pretende actuar como mediador entre la jerarquía ortodoxa, que ve con inquietud la entrevista de hoy en el Vaticano, y el papa Wojtyla.Hace apenas un par de días, un portavoz del patriarca de Moscú mencionaba de nuevo, para condenarla, la reclamación de los católicos ucranios de rito griego que piden la restitución de sus bienes, confiscados en 1946 y otorgados después al Estado o a la propia Iglesia ortodoxa. La jerarquía ortodoxa exige una renuncia total a estos bienes, una condición sin la cual no aceptarán la presencia del Papa en Moscú.

Yeltsin, que viaja con su esposa Naina y su hija Tatiana, llega a Roma con un reducido séquito en el que figuran el ministro de Exteriores, Yevgueni Primakov, y una de las figuras emergentes en el escenario político ruso, Borís Nemtsov. En la agenda de la visita figura, en el orden político, la crisis iraquí sobre la que, probablemente, hablará también con el Papa. El Pontífice reclamó el domingo un último esfuerzo a las potencias internacionales para que eviten la guerra.