Gente maquillada
Es fácil entender que el director, coguionista y productor de The boxer es católico, antibritánico y pacifista. En persona parece un irlandés corriente, canoso, con acento y cercano a los 45 años. Pero en cuanto puede se pone a disparar sin piedad contra la Iglesia anglicana, Inglaterra y los Estados Unidos, en su opinión tres de los grandes culpables (junto al los terroristas) del terrorismo: "Si hay un gran conflicto en Los Ángeles, la televisión americana muestra actores limpiando los cristales rotos. Cuando eso pasa en Irlanda, la BBC enseña las ventanas rotas. Mientras los medios digan luna bomba explotó en Irlanda, Inglaterra no va a sentir la necesidad de resolver el problema. Pero hoy el conflicto viene de las cárceles. Y si hay políticos dentro, el problema se agranda: siempre hay mártires por lo! que seguir luchando. Los presos son la manifestación viva de las víctimas. Y entretanto, la Iglesia no hace nada por solucionar el problema que genera: la gente se mata por ella, pero ella no tiene ninguna presencia en la sociedad".La vocación por analizar la realidad más próxima quedó de manifiesto en Sheridan con Mi pie izquierdo y se repitió en En el nombre del padre. Ahora ha elegido la historia crucial de su país -y la de Terry George, coguionista aquí y en su segunda película- y la ha rodado allí mismo, con su gente (la cuñada de George está casada con un preso del IRA). Pero Sheridan cuenta que no tuvo ningún problema durante las 16 semanas de rodaje en escenarios naturales de Dublin, y tampoco cree que los tenga cuando la película se estrene en Irlanda (como en España, después de Berlín). "Lo que define mejor a los terroristas es que nada de lo que se diga fuera de su entorno les influye. El IRA piensa que las películas son sólo gente maquillada".
Babelia
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