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La Iglesia católica alemana dejará de colaborar en el proceso legal del aborto

Los obispos ceden a la presión del Papa y pedirán que se cambie la normativa

Pilar Bonet

Los centros de asesoramiento para el aborto dependientes de la Iglesia católica alemana dejarán en el futuro de extender los certificados obligatorios para practicar tal intervención, pero seguirán funcionando como, hasta ahora, mientras buscan una fórmula para que su actividad asesora no pueda ser vista como una complicidad con el aborto legal. Con esta decisión, los obispos alemanes, por boca del presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Maguncia, Karl Lehmann, respondieron ayer a la reciente misiva del papa Juan Pablo IIen la que pedía el fin de esta práctica.

A juzgar por los diversos comentarios en medios confesionales católicos, la búsqueda de una salida apunta hoy en dos direcciones distintas: La primera es cambiar la legislación para suprimir las ambigüedades que se derivan de la doble función de asesorar moralmente y expedir un documento, que es requisito formal para abortar. La segunda es hacer recaer la responsabilidad por la expedición de certificados en entidades de espíritu católico, pero diferentes a la Iglesia católica como institución.En una carta pastoral del 11 de enero, que ayer publicaba el diario Frankfurter Rundschau, el Papa ha "rogado insistentemente" a los obispos alemanes que los centros católicos de asesoramiento dejen de expedir los polémicos certificados. En total existen en Alemania 1.658 centros de asesoramiento. De ellos, 264 son confesionalmente católicos.

Una portavoz del Ministerio de Trabajo, Salud y Asuntos Sociales dijo carecer de datos globales sobre los costes del sistema de centros de asesoramiento, ya que éstos son financiados en un 80% por los Estados Federales, de los que dependen, y en un 20% por sus patrocinadores religiosos (Iglesia católica o la Iglesia evangélica).

Durante el segundo trimestre de 1997 se practicaron en Alemania 34.087 abortos. El 97% de ellos se realizaron tras la visita a un centro asesor. El 3% restante respondían a indicaciones médicas y psiquiátricas y se acogía a otros puntos de la legislación, según recientes datos de la Oficina Federal de Estadística.

El Papa fue clarísimo en su mensaje, que, por otra parte, no es nuevo para los obispos alemanes, ya que el Pontífice lo ha repetido en múltiples ocasiones desde 1995. En su carta, Juan Pablo II ha recordado que los mismos obispos han expresado sus tribulaciones por el "dilema" que supone dar consejo en contra del aborto y al mismo tiempo expedir un certificado que lo legitima. El Papa ha pedido al Episcopado alemán que redefina de nuevo la actividad asesora de la Iglesia y que compruebe que "las instituciones eclesiásticas no puedan ser corespondabilizadas por la muerte de niños inocentes". Juan Pablo II les exhorta también a dar todos los pasos posibles para cambiar la disposición legal.

Los obispos católicos quieren iniciar conversaciones con los partidos políticos sobre posibles modificaciones legislativas del derecho de abortó, según aseguró ayer Lehmann. La actual normativa en lo que respeta a los centros de asesoramiento data de 1995 y fue el resultado de un consenso entre los diferentes partidos políticos, arduamente conseguido.

El canciller alemán Helmuth Kohl acogió ayer favorablemente la decisión de los obispos, que, por lo menos, aleja la perspectiva de una incómoda polémica en plena campaña electoral. El canciller dijo que esperaba que los obispos encuentren una solución para que las mujeres embarazadas sean asesoradas por los centros católicos en situaciones conflictivas. A fines de marzo, los obispos formarán un grupo de trabajo para buscar fórmulas de dar consejo sin repartir certificados. De los 27 obispos alemanes, uno de ellos -el obispo de FuIda, Johannes Dyba- ya suprimió los centros de asesoramiento en 1993.

La Iglesia Evangélica alemana, por su parte, calificó de centralista e intranquilizadora la misiva papal y señaló que el Pontífice ha puesto a la Iglesia Católica alemana en una difícil situación, ya que ha reducido el margen de maniobra de los obispos. La carta del Papa no ha prestado ningún servicio a la unidad entre las dos iglesias a los ojos de los cristianos evangélicos, según el presidente de la Iglesia Evangélica de Alemania.

La presidenta de la Comisión parlamentaria dedicada a asuntos de Familia, la socialdemócrata Edith Niehuis, consideró ayer que el Papa actúa de forma irrespetuosa con las leyes alemanas y los Verdes acusaron al Vaticano de haber "impuesto" a la sociedad una discusión externa y ajena a ella.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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