Una nueva empresa, acusada de estafar nueve millones de litros de gasóleo

Una nueva estafa en la venta de gasóleo y gasolina saltó ayer a la luz pública en Cataluña. En este caso ha sido la dirección de Avanti, empresa de capital austriaco, la que ha destapado la sisa de nueve millones de litros de gasóleo, valorados en 500 millones de pesetas, supuestamente cometida entre 1986 y 1996 por dos ex directivos de la citada petrolera y por un empleado, según Radio Barcelona de la cadena SER.Avanti España, empresa especializada en la distribución de combustible a gasolineras y particulares, está radicada en Zaragoza y tiene una sociedad filial en Cataluña denominada Cadecar, adquirida por la multinacional austriaca hace dos años. En septiembre de 1996, Avanti España denunció ante la Guardia Civil de Martorell (Barcelona) a Enrique José Torrico, director general de la filial Cadecar; a Montserrat Bou, accionista de la empresa, y a un encargado, por un delito de estafa cometido al manipular los contadores de las cubas para que dieran un 5% menos del combustible contratado.

Sistema conocido

Un juez de Martorell se hizo cargo del caso, del que nunca se ha sabido hasta que ha salido de nuevo a la luz tras el protagonismo público cobrado por la presunta estafa cometida por una red de gasolineras de Madrid.El sistema con el que Cadecar estafaba a sus clientes era similar al del caso de Gasóleos de Cataluña, descubierto el pasado miércoles (véase EL PAÍS del jueves). La diferencia entre uno y otro radica en que, en el caso de Gasóleos de Cataluña, la cantidad escamoteada era mucho menor; y el combustible se almacenaba en unos depósitos y se volvía a vender con las cubas; en el caso de Cadecar, el combustible sisado era vendido al por menor a través de cuatro gasolineras propiedad de Monserrat Bou.

Todos los conductores de las cubas cobraban una comisión de la venta de los litros sisados. El caso se descubrió porque un conductor, despechado porque había pedido a sus jefes catalanes sacar más tajada del fraude y éstos se la había negado, se fue con el chivatazo a la dirección de Avanti Española. La empresa abrió una investigación, destituyó a los directivos catalanes y llevó el caso a la vía penal tras presentar una querella por presunta estafa, apropiación indebida, falsedad en documento mercantil y coacciones contra los tres encausados.

Avanti España comunicó la estafa al Departamento de Industria de la Generalitat, y técnicos de la Administración catalana y un notario levantaron acta de la manipulación de los contadores de siete de las cubas.