La censura de un filme sobre Kurt Cobain amarga el inicio del Festival de Sundance
El cine independiente en Estados Unidos vive un momento crítico
La retirada de un documental sobre la vida y muerte de Kurt Cobain, líder del grupo de rock Nirvana, ha puesto una nota agria en la apertura de la 14ª edición de la gran convocatoria del cine independiente norteamericano, el Sundance Film Festival, inaugurado el jueves. Hay quienes apuntan a las presiones de la viuda del cantante, Courtney Love, que no sale bien parada en la película, como causante de esta maniobra. Alejandro Amenábar tenía previsto estrenar ayer Abre los ojos en el apartado internacional (no competitivo), la única representación española de este año, aparte de la coproducción con Argentina Martín (Hache).
Programado ayer para su proyección, el filme de Nick Bloomfield fue excluido a última hora. Es la primera vez que se censura intempestivamente una película en este festival. Bloomfield, ganador de un premio en Sundance y miembro del jurado en la sección de documentales en esta edición, iba a presentar su esperado filme sobre Cobain, el mito del grunge que se suicidó en 1994, fuera de competición. "Es una gran decepción para mí que lo hayan retirado, pero tampoco me sorprende", declaró a The New York Times. "Courtney Love ha tratado de evitar que periodistas, directores de cine y escritores aborden este tema. Si Sundance cede a sus presiones, está dando una pobre imagen tanto al público como: a los que apoyan el festival".Los organizadores del festival, sin embargo, han explicado que retiraron la película a petición de la discográfica EMI, representante de Nirvana, que argumenta que Bloomfield no obtuvo los derechos necesarios para incluir las canciones del grupo en su película. La representante de Courtney Love ha declarado que la actriz y cantante no teme por su imagen en el documental. "Es una película sobre el grupo de su marido, Nirvana, y no sobre ella. Pero Bloomfield no pidió los permisos, no ha pagado por los derechos y no los va a tener", afirmó.
Sundance no empieza con buen pie este año. La última oleada de cine independiente en EE UU, que se remite a finales de los ochenta y tiene referentes como Steven Soderbergh, Quentin Tarantino y la productora-distribuidora Miramax, padece crisis de identidad y necesita reinventarse. En la 14ª edición del Sundance Film Festival, la cita que ha sido y sigue siendo punto de encuentro obligado para esa generación, se recurrirá a la cautela para encontrar la salida del embotamiento de su anterior edición, pero la excitación en el ambiente es palpable. En los próximos 10 días se verán las nuevas películas de David Mamet y los hermanos Coen, y se cruzarán los dedos para que surja una revelación sorpresa.
El festival, al que se espera que acudan unas 13.000 personas, se inauguró oficialmente el jueves por la noche con la proyección de la temible comedia romántica de Peter Howitt Sliding doors, que protagoniza Gwyneth Paltrow.
Títulos muy esperados este año son The spanish prisoner, de David Mamet; The big Lebowski, de los hermanos Coen, y The opposite of sex, de Don Roos, pero todas éstas son películas ya compradas de antemano. Buscan distribución títulos como How to make the cruelest month y Billy's Hollywood screen kiss, hasta un total de 103: menos que el año pasado, cuya sobreoferta no sólo colapsó la organización, sino que también asustó a los compradores. El año 1997 se recuerda como el más estéril (el único éxito que salió del festival, The Full Monty, también había sido comprado antes).
La idea de Redford
El Festival de Sundance se celebra en la estación de esquí de Park City (cerca de Salt Lake City, Utah) desde que en 1985 el actor y director Robert Redford rebautizara un antiguo festival en crisis a través de su Sundance Institute, dispuesto a usar su nombre para dar publicidad a los esfuerzos de cineastas jóvenes e independientes del sistema de los estudios. Actualmente Redford apenas se deja ver por allí, y lo hace para que los nuevos cineastas le rindan pleitesía y para que la beautiful people de Los Ángeles que llega a esta pequeña localidad se deshaga en comentarios sobre lo bien que está envejeciendo.
Un repaso de la historia de Sundance arroja multitud de títulos que allí fueron descubiertos y adquiridos, dando forma a un tipo de cine independiente americano y también abierto al mundo, desde Sexo, mentiras y cintas de vídeo hasta El mariachi, pasando por Reservoir dogs y Los hermanos McMullen. Pero Sundance empezó a atraer a los grandes estudios de Califonia y a críticos de todo el país que colapsaron la organización y arrebataron a la cita su carácter secreto y auténtico.
Cazatalentos
Estos días, aparte de haber un metro y medio de nieve, será casi imposible entrar a las apretadísimas proyecciones, para las que tienen que pagar hasta los invitados. Sundance sigue buscando, sin duda, la "visión personal frente a la uniformidad" de la que habla el director del festival, Geoffrey Gilmore, pero en el año de L. A. Confidential-y Titanic hasta las críticas contra los estudios de alguna manera pierden peso.
Cazatalentos y agentes revolotean como buitres el "abrevadero de promesas" que es Sundance, y en el que esta semana tendrá que nadar Amenábar. La definición es de Lloyd Kaufman, uno de los pocos cineastas verdaderamente independientes que quedan, que presenta un filme en Slamdance, un ciclo paralelo que parodia al festival principal.
Babelia
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