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La Administración ve ahora "creíble" el fraude de las gasolineras

El consejero regional admite fallos en las inspecciones

Vicente G. Olaya

La Comunidad de Madrid dió ayer un brusco giro en su hasta ahora timorata actitud frente a la denuncia de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) sobre el presunto fraude de las gasolineras. El consejero de Economía, Luis Blázquez, afirmó que "la fiabilidad de la OCU es total" y se comprometió a llegar "al fondo de este asunto". La existencia de un sistema capaz de modificar electrónicamente los surtidores tendría, si se confirmase, "una trascendencia enorme", ya que echaría por tierra "todo el sistema de control" oficial.

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Después de tres días de cuestionar la fiabilidad del estudio de la OCU, que verificó una merma de ,entre el 4,3% y el 7% en el combustible suministrado por 14 gasolineras de Madrid, el. Gobierno regional reconoció ayer que "la denuncia de los consumidores es creíble", a pesar de que sus resultados son radicalmente distintos a los de las inspecciones oficiales.Blázquez aseguró que, si los surtidores han sido manipulados, se ha hecho sin romper los precintos. "¿Es eso técnicamente posible?", se preguntó. "No lo sé. Si así fuera, el asunto sería de una transcendencia enorme, porque se derrumbaría todo el sistema de control público".

"Si los precintos no son fiables", agregó, "no lo son ni para gasolineras, ni para el gas, ni para el agua, ni para nada. Esto significaría además que los inspectores no sirven para nada".

Y siguió reflexionando: "Si se manipulan los surtidores, tiene que haber mucha gente implicada, porque los dueños de las gasolineras no pueden estar al frente de todas ellas. Tendría que haber una connivencia con determinados empleados".

Blázquez reconoció que el informe de la OCU le causó "gran alarma, porque está en juego la fiabilidad de los precintos" y puntualizó que, "si los sistemas de control vigentes no valen, el consumidor está inerme ante el fraude y habrá que demandar normas de carácter nacional". La Administración madrileña, agregó el consejero, ha pedido el asesoramiento del Centro Español de Metrología, de los fabricantes de los surtidores y de la Universidad, y no descarta recurrir a expertos extranjeros.

La Comunidad de Madrid recibió ayer un informe del Centro Español de Metrología que, según Blázquez, es demasiado técnico y no explica si se puede manipular el surtidor sin romper los precintos, por lo que se le han pedido aclaraciones.

El asunto es, sin embargo, más simple: los precintos oficiales están sobre el medidor de gasolina, ubicado en la parte baja del poste, en la que también hay un contador, oculto a la vista del público y llamado totalizador, que mide todo el combustible que se extrae del tanque.

Sin embargo, este contador, que no puede modificarse sin romper el precinto, no es el que sirve para cobrar al cliente, sino otro electrónico, situado en la parte alta del surtidor. La manipulación se produce entre el medidor y el contador electrónico, donde no hay más precintos que los que coloca el fabricante cuando instala el surtidor y no son revisados por los inspectores.

Por su parte, la OCU pidió también ayer al Centro Español de Metrología un dictamen sobre la adecuación de los contadores de las gasolineras a la orden ministerial de diciembre de 1988 que regula este tipo de aparatos, ante la sospecha de que no cumple los preceptos legales.

La OCU se ha dirigido igualmente a los grupos parlamentarios urgiéndoles "medidas legislativas que hagan imposible la manipulación de un surtidor sin que sea posible detectarla".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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