Un nuevo aparato para reanimar a los pacientes de una muerte súbita
, La clínica Puerta de Hierro, de Madrid, ha sido la encargada de llevar a cabo el primer implante de un nuevo desfibrilador automático, que es un pequeño dispositivo que sirve para resucitar a los pacientes que sufren una .muerte súbita. El enfermo seleccionado para este tratamiento había sufrido un episodio de este tipo en su domicilio.
Este fallecimiento, que ocurre de forma no esperada y tan sólo una hora después de iniciarse los síntomas, se debe en el 80% de los casos a una arritmia ventricular, también denominada taquicardia o fibrilación ventricular (una alteración del ritmo cardíaco). El desfibrilador lo que hace es activar su corazón parado con una descarga energética.
Este aparato, que tiene un tamaño inferior a una cajetilla de cigarros, lo lleva insertado el paciente en el pecho. Su colocación es sencilla: sólo requiere una pequeña incisión en el pecho de apenas cinco centímetros. Y los candidatos a llevarlo son los pacientes con, grave riesgo de sufrir arritmias ventriculares. En España, el año pasado, 600 pacientes llevaban un desfibrilador, que cuesta entre cuatro y cinco millones de pesetas.
La más importante novedad que incorpora el nuevo dispositivo -modelo Ventak Mini III-, sobre los otros ya existentes es un sistema informático que graba durante cinco minutos el electrocardiograma del enfermo con arritmia ventricular. "Esto nos permite analizar el tipo de arritmia que ha producido la muerte súbita del paciente", explica Raúl Burgos, cirujano del servicio de cirugia cardiovascular y torácica de la clínica Puerta de Hierro, de Madrid. "Lo lógico es que exista una enfermedad cardíaca de base que provoque la fibrilación ventricular, pero a veces llegamos a conocer la causa y otras no", añade Burgos.
Alta mortalidad
En España fallecieron el año pasado 64.000 personas por muerte súbita, según el Ministerio de Sanidad. Las arritmias ventriculares son la primera manifestación de la enfermedad coronaria en un 50% de hombres y un 60% de mujeres. Y tienen una altísima mortalidad, según Burgos, porque a pesar de aplicar un tratamiento correcto, únicamente un 20% de los enfermos que sufre esa taquicardia maligna sobrevive, una vez abandonado el hospital. Y muchos lo hacen con secuelas neurológicas graves.El primer tratamiento que se aplica para tratar estas taquicardias es farmacológico. Pero cuando éste falla, la única alternativa para estos enfermos es la implantación de un desfibrilador.
El nuevo aparato tiene otras ventajas: da choques de energía bifásicos, es decir, "libera menos cantidad de descargas energéticas sobre el corazón del paciente, por lo que éste sufre menos impacto", explica Raúl Burgos.
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