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Zedillo destituye al ministro del Interior por su responsabilidad en la matanza de Chiapas

Juan Jesús Aznárez

, El espanto y la controversia nacional causados por la matanza a quemarropa de 45 indígenas en Chiapas obligó ayer al presidente mexicano, Ernesto Zedillo, a destituir a suministro del Interior, Emilio Chuayffet, señalado como último responsable político de la escabechina cometida por paramilitares en ese empobrecido Estado al sur de México. El pasado 22 de diciembre, sin que ninguna autoridad civil o castrense les saliera al paso, pistoleros vinculados al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) acabaron a tiros con los indígenas, desarmados, familias enteras.

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Y en tanto Zedillo trataba de amortiguar el golpe con el apartamiento del ministro, presentado como una renuncia, la Secretaría de Defensa negaba, en respuesta a alarmistas despachos de agencia, que el Ejército hubiera tomado el principal cuartel y sede de la comandancia general del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), situado en la selva Lacandona. Los militares, precisó un portavoz oficial, únicamente prosiguen sus patrullas en la zona para asegurar "la tranquilidad" de la región. Según contaron los portavoces, el Ejército entró en la comunidad de La Realidad y después de buscar arsenales zapatistas volvió a salir.Desde este poblado, próximo a la frontera con Guatemala, enviaba sus comunicados el subconiandante Marcos, el jefe político y militar de los zapatistas. "Los habitantes del poblado pidieron ayuda de organizaciones defensoras de los derechos humanos y la presencia de la prensa mexicana e internacional para evitar otra masacre", declaró a la agencia Reuters Margarita González, una médico de la zona.

En una implícita admisión de que el diálogo sostenido con la guerrilla levantada en armas en 1994 no prospera, cuando no se manifiesta fracasado, Zedillo aconsejó al nuevo titular de Interior, Francisco Labastida, que implemente "una nueva estretagia" en Chiapas Chuayffett, cuya defenestración fue presentada como una renuncia por motivos personales, fue el responsable de las negociaciones con los zapatistas, que se mantienen estancadas desde septiembre de 1996.

Su destitución supone un triunfo para la oposición política, especialmente para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centroizquierda y segunda fuerza política en la Cámara de Diputados.

Dirigentes de esta oposición habían acusado a Chuayffet de sabotear continuamente las negociaciones de paz con el EZLN, que permanecían interrumpidas desde septiembre de 1996. A partir de entonces, y amparados por la inexistencia de contactos oficiales entre la guerrilla y el Gobierno, grupos armados vinculados al PRI local habían aumentado su hostigamiento contra simpatizantes del EZLN, hasta culminar en la matanza de Acteal, según denuncias de organismos defensores de los derechos humanos y la diócesis de San Cristóbal de las Casas.

Titular de Agricultura

Zedillo apareció ayer para anunciar el cambio en el Gobierno flanqueado por el ya exministro Chuayffet y su sucesor, Labastida Ochoa, de 54 años, hasta ahora titular de Agricultura. Labastida Ochoa ha sido también secretario de Energía y Minas, gobernador del Estado de Sinaloa, embajador en Portugal y director del organismo estatal Caminos y Puertos Federales.El presidente subrayó su compromiso "inalterable para lograr la tranquilidad y el desarrollo social" en la región.

Chuayffet, gobernador del Estado de México hasta que Zedillo le llamó para asumir la Secretaría de Gobernación en junio de 1995, era prácticamente el número dos del Gobierno, por las tareas asociadas al cargo, y uno de los consejeros más cercanos del presidente. Sin embargo, era muy impopular entrela oposición, lo que le restaba capacidad de maniobra a la hora de actuar como enlace del presidente con el resto de partidos políticos, tanto en el Congreso como fuera.

Nadie en México esperaba que Chuayffet, que entre sus más cercanos colaboradores no disimulaba sus ambiciones presidenciales, se convirtiese en la primera víctima política de la matanza de Acteal. Aunque la oposición había pedido su dimisión, se consideraba más probable que Zedillo tratase de calmar la indignación ciudadana con la destitución de algún funcionario del Gobierno chiapaneco, o en el peor de los casos, con el cese del gobernador, Julio César Ruiz Ferro, también acusado de tolerar la violencia paramilitar en su Estado.

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