Clinton apoya las medidas tomadas por Zedillo

Aunque el Gobierno mexicano ha rechazado tajantemente toda presión internacional que le exija una línea de actuación concreta, las reacciones en todo el mundo siguen reclamando justicia. Juan Pablo II se declaró "profundamente afligido" y abogó por "el diálogo y la solidaridad fraternal" como instrumentos en la búsqueda de "soluciones a los problemas sociales pendientes en Chiapas". El presidente estadounidense, Bill Clinon, condenó la matanza como "una violación en los más básicos derechos humanos", pero apoyó las medidas tomadas por su homólogo mexicano, Ernesto Zedillo.

Clinton fue especialmente cuidadoso, debido a los vínculos comerciales, financieros y políticos que unen a Estados Unidos con el Gobierno mexicano. Lo que menos desea el presidente estadounidense es poner en dificultades a su aliado del Sur, aún tambaleante por la crisis del peso en diciembre de 1994. Tal vez por ello, Clinton expresó su apoyo decidido a las medidas adoptadas por Zedillo, para "investigar esta acción y llevar a los responsables ante la justicia". El portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry, también se refirió al futuro: "El presidente apoya con fuerza el llamamiento del presidente Zedillo para redoblar los esfuerzos y alcanzar la paz en Chiapas a través del diálogo y la reconciliación", en una alusión clara a la propuesta gubernamental de reactivar la mesa de la paz, idea que ya ha sido rechazada por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), por considerarla inoportuna.La Unión Europea, además de la "vigorosa condena" por la matanza de Acteal, realizada el miércoles a través de la presidencia luxumburguesa, mostró su preocupación por la situación de los derechos humanos en Chiapas, de cuyo deterioro dan testimonio los asesinatos del lunes pasado. Esta reacción es importante, pues el tratado comercial con México está vinculado al respeto de los derechos humanos

El primer ministro francés, Lionel Jospin, además de instar al Ejecutivo mexicano a investigar lo ocurrido, pidió a las autoridades que "arrojen algo de luz sobre las actividades de los grupos paramilitares que están cometiendo actos de terror y encontrar a aquellos que están detrás de esta matanza, pues éstos no pueden quedar sin castigo".

Campaña en Europa

Danielle Mitterrand, que se entrevistó en diciembre con el jefe del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, subcomandante Marcos, en la selva Lacandona, dijo entonces que "si la situación en Chiapas no mejora, haremos campaña en Europa". Ahora, junto a otras personalidades francesas, exige la disolución de los grupos paramilitares.El secretario general de la ONU, el ghanés Kofi Annan, se pronunció en unos términos muy parecidos a la Casa Blanca, en demanda de justicia y en apoyo a las actuaciones emprendidas por el Gobierno de Zedillo.

Al Gobierno mexicano no le están gustando en absoluto estas críticas. Un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores rechazaba cualquier presión de Gobiernos extranjeros u organismos internacionales que pretendan "exigir, demandar o instar" al presidente Ernesto Zedillo para que tome decisiones en torno a la matanza de 45 indígenas en el suroriental Estado de Chiapas, pues esto es algo que "sólo compete a las autoridades mexicanas". Y agrega que las opiniones de organismos internacionales y Gobiernos extranjeros representan un "inaceptable acto de injerencia en los asuntos internos, que se ha caracterizado por su invariable respeto al principio de no intervención".

Tal vez por ello, el Papa, que no quiso entrar en valoraciones políticas o en la exigencia de justicia, admitió que "la alegría de estas fiestas navideñas ha sido turbada por un cruel episodio ocurrido en un iglesia de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, en México".

Oración por las víctimas

"Numerosas personas que rezaban fueron asesinadas en la víspera de Navidad. Con el ánimo profundamente afligido", manifestó ayer el Papa en el curso de una audiencia celebrada en su residencia de descanso en Castelgandolfo, "pido por las víctimas e imploro a Dios consuelo para los familiares y para la comunidad católica que ha sufrido tantas adversidades". Juan Pablo II no se refirió personalmente a la actuación del obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, en polémicas relaciones con el Gobierno.