Cambio de hábitos
Los hábitos de la vida cotidiana de las familias españolas tendrán que cambiar más de lo que se cree. ¿Qué se hace con la caja de cubiertos que han traído de regalo los Reyes? ¿Qué hacer con las cajas de discos compactos, las de herramientas, los estuches de piel, las cajas de juego, los envases de lujo o el superfluo envoltorio de los regalos? Hoy se tiran a la basura. Pero esa práctica se va a acabar. La ley de envases, que no es más que una trasposición de una directiva europea se ha hecho para perseguir un objetivo ambiental: no afectar el entorno con cosas no reciclables y reducirlas al máximo.En algunas poblaciones de Estados Unidos, sensibles a estas cuestiones, no sólo se hace una recogida selectiva de los residuos sólidos urbanos y los residuos de envases. Se pesa la basura familiar y se cobra una tasa de recogida en función de la carga contaminante.
A la industria española le ha dado miedo enfrentarse a un cambio de cultura por ley. Miedo a tener que cobrar un sobrecoste a los productos para financiar la recogida de sus envases, seleccionarlos por matinales, reciclarlos, reutilizarlos o quemarlos.
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