Londres prohibe la carne de ternera cercana al hueso

El Gobierno británico prohibió ayer la venta de toda la carne de vacuno cortada cerca del hueso por consejo del comité asesor sobre la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), también llamada enfermedad de las vacas locas. El mismo ha encontrado trazos de la proteína (prión), causante de la enfermedad en el tejido nervioso cercano a la columna vertebral de las reses.

La medida se considera precautoria y el riesgo de infección "mínimo", pero los ganaderos la han recibido con consternación. Las costillas, rabo de buey, entrecó y carne de pecho para asar ahora vetados conforman el 5% del mercado cárnico británico.Jack Cunningham, titular de Agricultura, se empleó a fondo antes de comparecer ante la Cámara de los Comunes para convencer a ganaderos y consumidores de que la decisión sólo puede beneficiarles. "La mejor forma de ayudar a la industria es erradicando la EEB. En cuanto al consumidor, no me perdonaría que le mantuviese en la ignorancia cuando los científicos sugieren que hay cierto peligro para la salud", señaló. El jarrete de ternera, el solomillo y el tajo redondo sí pueden seguir vendiéndose, lo mismo que el resto de las piezas del animal.

Este nuevo veto llega justo cuando los ganaderos y el propio Gobierno laborista tratan de convencer a la UE para que permita de nuevo la exportación de carne de ternera británica. La Unión de Ganaderos, que aceptó el consejo ministerial, calificó de "sanísimo y el mejor del mundo" el producto que constituye su modo de vida. Para los propietarios, la medida supone un golpe casi mortal. "Ya no me queda dinero, ni seguros, ni pensión. Es el peor momento para anunciar algo así. Es el final", aseguró Richard Barter, ante las cámaras de la BBC.

En el gremio los ánimos no son mucho mejores. Los ganaderos galeses, por ejemplo, han pedido a Londres que solucione lo que califican de competencia desleal irlandesa. La carne, en especial hamburguesas, llegadas de dicho país, son más baratas y varias toneladas han acabado ya en el mar. "Producimos la mejor ternera del mundo y sólo tenemos dificultades", remachó ayer Barter con la mirada ausente.

En estos momentos, el cerebro y la médula espinal de las reses sacrificadas son desechados en los propios mataderos. El nuevo hallazgo científico sugiere que también los huesos pueden estar infectados.