Vidas paralelas
"Antes de Calder no, existían los móviles", señala Sandy Rower, nieto del artista ydirector de la Fundación Calder de Nueva York. Al artista norteamericano debemos pues, al parecer, estos objetos hoy tan cotidianos y poulares que cuelgan en millones de casas. en múltiples versiones artesanales o comerciales. Esta relativamente rápida popularización de una idea puede estar en el origen de la excesiva banalización que se ha hecho de la obra de este artista. Le pasó algo similar a Miró y, en menor medida, a Sert. "Los tres expresaban ideas muy complejas de manera muy simple", señala Rower. "El afán de llegar a las masas y de ser populares que tenían estos artistas acabó yendo en contra de ellos porque la mediocridad de la gente siempre quiere desprestigiar y destrozar los éxitos de otros", señala Joan Punyet, nieto de Miró. "Cuando ven que una oveja se separa del rebaño quieren volverla al redil o convertirla para siempre en una oveja negra".
Calder y Miró tenían una visión similar del arte y de la vida en la que el humor no estaba reñido con la seriedad, más bien al contrario: con él acentuaban y señalaban las cosas realmente importantes. "Calder decía: "No quiero que mi arte sea lúgubre, sino vivo, alegre y dinámico", recuerda Joan Punyet. "Lo que pasa es que el aspecto humanístico, alegre y vigoroso de los móviles que hizo Calder en su etapa clásica, entre 1948 y 1958, pueden haber trivializado injustamente la visión de su obra".
Coincidencias
Tanto Joan Punyet como Sandy Rower mantienen, al igual que sus respectivos abuelos, puntos de coincidencia más allá de su juventud. Si el primero es el comisario de la exposición que ahora se presenta en Barcelona, el segundo será el cocomisario de la retrospectiva que dedicará al escultor la National Gallery de Washington a partir de marzo de 1998. Ambos tienen el objetivo de explicar y situar las aportaciones de Calder en el cambio de la sensibilidad artística en este siglo. Para Rower, si antes, de Calder hubo artistas, como el mismo Duchamp, Gabo o Man Ray, que habían intentado realizar esculturas en movimiento, fue Calder el que inventó realmente el arte cinético y otorgó pleno movimiento a la escultura. "Después de Calder, el artista más significativo en este campo es Jean Tinguely, pero sus obras son motorizadas, no móviles", comenta Rower. En su opinión, la estela de su abuelo puede apreciarse también en otros artistas más contemporáneos, como Richard Serra.Rower lleva 10 años trabajando en el catálogo razonado de la obra de Calder, que abarcará unas 16.000 piezas. Una vez esté acabado y hayan finalizado las múltiples exposiciones que se organizarán el próximo año con motivo del centenario del escultor -en España, aclara, para dentro de uno o dos años habrá otra retrospectiva Calder en el Reina Sofía cuya comisaría será Carmen Giménez, la Fundación Calder dedicará sus energías a un nuevo proyecto: la creación en Nueva York de un museo dedicado a Calder que tendrá una estructura similar a la Fundación Miró de Barcelona.
Babelia
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