Jordi Pujol rechaza el 'medicamentazo' del PP pocas horas después de aceptarlo públicamente

Jordi Pujol rechazó a última hora de ayer la propuesta del PP de eliminar alrededor de 500 fármacos de la lista de medicamentos financiados por la Seguridad Social, después de haberlo aceptado públicamente apenas unas horas antes. El presidente de la Generalitat de Cataluña y líder de CiU había manifestado por la mañana que su Gobierno aceptaba la propuesta del PP casi al mismo tiempo que su consejero de la Presidencia, Xavier Trias, lo negaba y descalificaba la iniciativa por considerarla un error. Antes de que Pujol rectificara, el PSOE arremetía contra el Gobierno por pactar solamente con CiU cuestiones que afectan a todas las comunidades. En juego están 165.000 millones para financiar la sanidad.

El pacto del medicamentazo apenas duró horas. Jordi Pujol justificaba por la mañana en Reus el acuerdo porque, según él, era la menos mala de las alternativas posibles, ya que Ias otras perjudicaban los intereses de los pensionistas". "Hemos aceptado el acuerdo", dijo, "aunque creemos que hay que seguir buscando otras soluciones". A última hora de la tarde, sin embargo, llamaba en Amposta a los periodistas para "matizar" sus declaraciones de la mañana. E hizo más que matizarlas: las rectificó por completo."El acuerdo no está cerrado", señaló. Recordó que desde el principio lo que CiU pretendía era que el Gobierno de Aznar reconociera el déficit de la sanidad: "Nosotros propusimos fórmulas de financiación para aflorar el déficit, entre ellas aumentar los impuestos especiales sobre el tabaco y el alcohol". Pujol añadió que aún hay mucha diferencia entre la propuesta del PP y el déficit de la sanidad en toda España, que cifró en 180.000 millones anuales.

Tras defender que "cualquier solución que se adopte no debe afectar al. poder adquisitivo de los pensionistas", afirmó que el medicamentazo no es una buena fórmula: "Fue un invento socialista que tuvo dos graves efectos negativos: supuso un perjuicio importante para la industria farmacéutica y no fue eficaz, porque el primer año funcionó bien pero luego ya no". Negó finalmente que estuviera negociando con el Gobierno de espaldas al resto de las comunidades autónomas.

Con estas declaraciones, Pujol se alineaba con la posición que Trias había defendido por la mañana en Barcelona, al afirmar que "la Generalitat no ha adoptado ninguna decisión en esta cuestión ni tiene que tomarla, porque es algo que corresponde al Gobierno". Tanto Trias como el consejero de Sanidad, Eduard Rius, advirtieron además que el medicamentazo será inútil, porque los médicos sustituirán los fármacos eliminados por otros que además serán más caros, como ya ocurrió en el primer medicamentazo promovido por el PSOE con la oposición del PP.

La negociación del acuerdo sanitario está sometiendo a CiU a una tensión sin precedentes. El acatamiento matinal del medicamentazo había dejado a la coalición de los nacionalistas catalanes en una posición desairada ante los laboratorios farmacéuticos, cuyos intereses defiende con vehemencia, y la obligaba además a aceptar el desgaste político y electoral que supone un recorte tan impopular sin garantizar una solución al déficit de la sanidad catalana.

El PP se había comprometido a incrementar las transferencias a Cataluña en 51.000 millones anuales, pero ayer esa cifra se sustentaba sobre bases muy endebles: 32.000 millones procederían del fondo que obtendría el Gobierno por el control del fraude de las incapacidades temporales y de las compensaciones por la atención a pacientes procedentes del resto de España. 10.000 millones procederían del ahorro obtenido con el medicamentazo y los 11.000 restantes de un hipotético ahorro en los Presupuestos de la propia Generalitat. Lo cual significa que lo único que tendría asegurado la Generalitat serían 32.000 millones, cuando su déficit sanitario anual supera los 60.000 y debe además enjugar una deuda acumulada de 300.000. Los socialistas pusieron el grito en el cielo al conocer, por las primeras declaraciones de Pujol, que había acuerdo entre el Gobierno y CiU. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, lo consideró "intolerable", mientras que el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, negaba rotundamente que hubiera pacto alguno entre su comunidad y el Gobierno sobre la financiación sanitaria.

La cuestión fue tratada en el Comité Federal del PSOE, reunido en Madrid. Ante las primeras noticias, las energías de los socialistas se dirigían a rechazar que existiera un pacto a dos (CiUPP) excluyendo a las demás comunidades. El máximo líder del PSOE consideró "preocupante" e intolerable que además se oculte qué fármacos van a dejar de ser gratuitos. Y criticó que mientras en el Parlamento se debaten los Presupuestos de 1998, casi en paralelo hay otro proceso de discusión con Cataluña. Especialmente enfadada se mostró la ex ministra de Sanidad Ángeles Amador. "Se les debería caer la cara de vergüenza si aplican lo que tanto nos criticaron". La exministra recordó "el escándalo" que el Partido Popular montó al PSOE cuando en su etapa de gobierno excluyó de la Seguridad Social medicamentos de baja utilidad.