La reunión latinoamericana acaba con notables ausencias y deja un aroma de insatisfacción
Con ausencia de cinco jefes de Estado, que regresaron a sus países el sábado, la VII Cumbre Iberoamericana concluyó ayer antes de lo previsto, como si todo el mundo tuviera prisa por terminar una reunión que no ha dejado satisfecho a casi nadie. El país anfitrión, Venezuela, no sólo ha recibido críticas por la mala organización, sino que ha visto como su principal propuesta sobre la información veraz era reducida a la nada. La prevista ofensiva para exigir garantías democráticas a Cuba, que será país anfitrión de la cumbre en 1999, quedó en agua de borrajas.
ENVIADOS ESPECIALES
La declaración final, bajo el título de Los valores éticos de la democracia, pasará a engrosar el archivo de buenas intenciones prescindibles. La imprevista salida en la tarde del sábado de los presidentes de Perú, Alberto Fujimori; Brasil, Fernando Henrique Cardoso; Argentina, Carlos Menem; Uruguay, Julio María Sanguinetti, y Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, obligó a adelantar la firma de la declaración final, deslució la clausura y creó una cierta sensación de desconcierto, ya que no hubo una explicación clara para esta pequeña estampida.Sólo el presidente de Brasil, que el lunes presentará un duro paquete de medidas fiscales para apuntalar una moneda, el real, que cotiza casi en paridad con el dólar y se tambalea, parecía tener una excusa para tan precipitada salida. Las maniobras defensivas del Ministerio de Hacienda de Brasilia contra el derrumbe de sus bolsas y los ataques especulativos que tratan de forzar una devaluación de la moneda nacional drenan las reservas del Banco Central, y han obligado al ajuste fiscal.
Pese a las voluntariosas declaraciones del presidente argentino, Carlos Menem, al término de su entrevista con José María Aznar, en el sentido de que en la economía de su país "no hay problemas", los sobresaltos bursátiles permanecen al acecho. De hecho, mientras su comitiva esperaba con las maletas hechas, Menem hablaba largamente a pocos metros con el presidente del Banco Interamericano de Desarollo (BID), Enrique Iglesias, sobre el alcance de la inestabilidad de los mercados. Anoche mismo Menem salió hacia Brasil para analizar con Cardoso la crisis financiera.
Una devaluación brasileña causaría serios contratiempos a Buenos Aires, cuyas exportaciones a Brasil son masivas. El presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, que había llegado a la isla en compañía del jefe de Gobierno paraguayo, Juan Carlos Wasmosy, le acompañó de regreso. Wasmosy también parece tener motivos para la prisas: el ex general Lino Oviedo, golpista en abril de 1996, permanece huido y la nueva desobediencia preocupa al presidente, su enemigo jurado.
El peruano Alberto Fujimori, sin mayores explicaciones, partió de vuelta a Lima. Sin la tradicional ceremonia de la firma de la declaración final, los asistentes a la ceremonia de clausura agradecieron con una cálida ovación los esfuerzos del presidente venezolano, Rafael Caldera, contrariado por la evolución de los acontecimientos, sobre todo por el fracaso de su propuesta en favor de la "información veraz". El adjetivo, que levantó las iras de los principales grupos de comunicación de América Latina, que vieron una intención intervencionista de los Gobiernos en el proceso informativo, desapareció del título de uno de los capítulos de la declaración final, aunque se conserva en el texto. Caldera no se privó de acusar a los propietarios de los medios de comunicación de organizar un falso debate, al atribuirle la intención de proponer en la cumbre medidas restrictivas contra la libertad de expresión.
Libre comercio
La próxima cumbre tendrá lugar en otoño de 1998 en Oporto (Portugal), cuyo Gobierno propondrá como tema central de la reunión la globalización y los procesos de integración regionales. Para entonces el acuerdo de libre comercio entre Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) y la Unión Europea deberá estar avanzado y dispuesto para su firma el año próximo.Estados Unidos, por su parte, intentará, el próximo mes de abril en Santiago de Chile, sentar las bases de su Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Los países de la. Comunidad Andina, Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú y Bolivia, pretenden constituir junto a los países del Mercosur un bloque suramericano para negociar como grupo con Estados Unidos, que no parece dispuesto a dejar que la Unión Europea le dispute su tradicional hegemonía. económica en el sur del continente.
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