Los genes pueden reducir la eficacia de los fármacos contra el asma
Una investigación reciente, publicada la primera semana de octubre en The Lancet, ha descubierto que algunos fármacos para el asma pueden perder la potencia debido a una utilización prolongada, y existe la preocupación de que esta pérdida de eficacia pueda poner en peligro a los pacientes.
Los fármacos fallan no porque se hayan vuelto más débiles, sino porque la capacidad del organismo para responder a ellos ha variado. Investigadores británicos afirman que algunas personas pueden heredar genes que provocan la propensión a un proceso llamado de "desensibilización", es decir, a que estos medicamentos pierdan eficacia.
Los fármacos relacionados con este problema -terbutalina, albuterol, metaproterenol y salmeterol- ayudan a reprimir los ataques de asma adhiriéndose a los receptores de proteínas de las vías respiratorias. Éstas reciben por lo -general señales del organismo que hacen que las vías respiratorias se relajen y se dilaten, que permite que el aire entre y salga del pulmón más fácilmente. Los fármacos agonistas beta-2, recetados habitualmente, tienen el mismo efecto que estas señales químicas naturales.
Sin embargo, en los últimos años, varios estudios han indicado que el uso prolongado de agonistas beta-2 puede hacer que las vías respiratorias respondan menos al efecto de estos medicamentos. Incluso, los investigadores temen que el fallo del agonista beta-2 pueda haber causado la muerte de algunos pacientes.
El asma, que ya es una de las enfermedades pulmonares más comunes, está aumentando en todo el mundo, sobre todo entre los niños. Pero no todos los pacientes son iguales, y se sabe desde hace mucho tiempo que algunos pacientes responden a los medicamentos peor que otros.
Y aunque la razón no siempre está clara, esta investigación revela pruebas que indican que algunas personas pueden heredar receptores de las vías respiratorias más propensos a desensibilizarse ante los agonistas beta-2.
The Lancet News Service.
