La 'internacional' mira al mercado más que a la investigación
Fue engendrada como Universitat Lliure de Catalunya (ULIC), pero nació el pasado jueves como Universitat Internacional de Catalunya (UIC). Entre una cosa y otra, los promotores de esta universidad privada han recorrido un tortuoso proceso sorteando obstáculos de todo tipo, incluido, a última hora, el cambió de nombre por medio de una enmienda presentada el día en el que se votaba su reconocimiento en el Parlamento catalán.La UIC es la número 11 de las universidades catalanas. Su origen está en la Fundación Familiar Catalana, una institución educativa presidida por Ramón Guardans, empresario, abogado, yerno de Frangesc Cambó y con excelentes relaciones con el Opus Dei. Tiene su sede en la parte alta de Barcelona, en un edificio de nueva planta, que ahora se está acabando a marchas forzadas para poder iniciar el curso el próximo lunes 6 de octubre con nueve titulaciones y 560 plazas.
La UIC es la primera universidad privada de Cataluña en sentido estricto. La Ramon Llull puede ser considerada como una curiosa confederación de estudios superiores, algunos de ellos ya existentes y con una larga historia, dependientes de órdenes religiosas (jesuitas y hermanos de La Salle mayoritariamente) y de la diócesis, que dependían de universidades barcelonesas.
Expertos profesionales
La UIC parte prácticamente de cero. Su modelo no es ciertamente el clásico sistema académico de las universidades públicas españolas o europeas. No parece que vaya a dedicar excesivo entusiasmo a la investigación, a menos que esté estrechamente relacionada con la enseñanza. Su propósito es el de crear buenos y expertos profesionales que encajen exactamente en las demandas del mercado laboral.
El proyecto, sin embargo, que empezó con tintes mucho más ambiciosos. Las 15 titulaciones con las que pretendía iniciar sus actividades se han ido reduciendo, en parte por los obstáculos que le ha creado la Administración catalana, hasta las nueve que por el momento se ponen en marcha. Por el camino se han quedado los estudios de Medicina por carecer de un hospital clínico adecuado donde impartir las prácticas. La Generalitat se opuso a la utilización del Hospital General de Cataluña, en el Vallès, donde ahora se impartirán Enfermería y Odontología.
Dentro de la oferta actual se puede considerar una universidad cara. Los estudios más baratos, los de Humanidades, cuestan en torno a las 800.000 pesetas por curso. Los más caros, los de Odontología, 1.250.000. Para ciertos niveles de ingresos, esto no parece ser problema. Pese a que no ha sido legalizada hasta hace pocos días, sus gerentes confían en llenar las aulas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.