Las divisas europeas se fortalecen frente al dólar y la deuda española marca cotas históricas
La convicción de que el euro va por camino seguro y que no será una moneda débil dio alas ayer al marco y al resto de monedas europeas frente al dólar. A ello se unieron las amenazas del presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, sobre una posible elevación de los tipos oficiales de interés en Alemania. Mientras tanto, la deuda española marcó una mejora espectacular, lo que refleja la mayor confianza de los inversores en la moneda y en la economía española. El marco cotizó a 1,7645 frente a 1,7813 por dólar. La peseta ganó algo más de dos y fijó un cambio de 148,423. Mientras, la financiación de la UE continúa enfrentando a España con Alemania y Holanda.
La declaración de confianza, por parte de los ministros comunitarios de Economía y Finanzas (Ecofin) en la reunión celebarda el pasado fin de semana, en el nacimiento de un euro fuerte y las declaraciones del presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, al afirmar que no descarta una subida de tipos de interés en Alemania marcaron ayer el comportamiento de los mercados. Los dos ingredientes empujaron a una fuerte apreciación del marco sobre el dólar.Una confianza que en España no se reflejaba sólo en la me jora de la peseta frente a la divisa estadounidense. La rentabilidad de la deuda a 10 años, que refleja la confianza de los inversores en la moneda y en la economía española, se situó en cotas históricas. El registro de ayer fue excepcional con un diferencial del 0,44 frente al bono alemán y una rentabilidad del 6,07%.
La peseta, por su parte, ganó más de dos unidades y fijó un cambio base de 148,423 frente a las 150,453 de la jornada precedente. El billete verde cotizó a 1,7645 marcos frente a los 1,7813 del viernes. También que se cambió a 120,3 yenes (frente a 120,97), a 1,6045 frente a la libra esterlina (1,6077).
Las bolsas se vieron contagia das y subieron por encima del 1% (Madrid, el 1,40%; París, 2,28%; Francfort, el 2,92% y Londres, el 1%).
Firmeza de Matutes
El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, mantuvo ayer la línea de firmeza española en defensa del Fondo de Cohesión y del resto de instrumentos comunitarios de ayudas estructurales. Ante sus colegas reiteró los argumentos expresados este fin de semana por el ministro de Economía, Rodrigo Rato, en el Ecofin. Pero les añadió un toque de presión política. Aseguró que España no aprobará una reforma que recorte los fondos estructurales, y en particular el de Cohesión. Recordó que la ampliación al Este está condiciona da a las negociaciones financie ras y que aquélla puede fracasar si no hay acuerdo.
"No es todavía el momento de amenazar ahora con el botón nuclear de un bloqueo de las negociaciones", matizó Matutes. Pero añadió: "Llegado el momento ya se tomarán las decisionea adecuadas, pero es evidente que España no aceptará esa decisión", en referencia a la petición de Alemania y Holanda de suprimir el Fondo de Cohesión a los países que ingresen en la union monetaria.
Matutes abundó en los argumentos expresados en el Ecofin informal de Mondorf por Rodrigo Rato. "Es un fondo que tiene que ver con la riqueza y el desarrollo de un país y no con la unión monetaria, porque la UEM no se da en función del desarrollo, sino en la capacidad de demostrar estabilidad monetaria. No se puede utilizar la UEM para excluir a un país del Fondo de Cohesión", remachó Matutes. Pero las amenazas de alemanes y holandeses fueron reiteradas ayer por sus ministros de Exteriores, que recibieron el abierto apoyo de Austria.
Matutes insinuó también que España condicionará su actitud sobre la ampliación de la Unión a Europa del Este a una solución satisfactoria en las negociaciones financieras. Y confirmó que se opone al proyecto de la mayoría de socios de mantener el actual techo de financiación incluso para después de la ampliación. Matutes advirtió que eso podría generar "la oposición de algunos colectivos a la ampliación", porque culparían a ésta de un eventual recorte. de los fondos que España recibe de la UE.
Sobre el número de candidatos con que se deben abrir las negociaciones, el ministro de Exteriores señaló que España es partidaria de "una conferencia en la que participen todos los candidatos a la adhesión para después ir decantando posiciones". Justificó esta postura por el hecho de que en estos momentos ninguno de los candidatos cumple los requisitos para ingresar, por lo que abrir negociaciones con unos pero no con otros puede generar tensiones con los excluidos de la lista. España demuestra así su hostilidad al dictamen de la Comisión, que en su Agenda 2000 apoyó la apertura de negociaciones con la República Checa, Hungría, Polonia, Estonia y Eslovenia, además de Chipre.
Esta oposición se debe a que en la cumbre de Amsterdam se acordó convocar una nueva reforma del Tratado un año antes de que la Unión alcance los 21 socios. Para evitar una negociación con seis países, que probablemente debería culminar con la adhesión de todo el paquete, España propugna negociar también Eslovaquia, Letonia, Lituania, Rumanía y Bulgaria.
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