Once soldados de un comando mueren en Líbano en uno de los mayores fracasos militares de Israel
El Ejército libanés y la guerrilla palestina causan a las tropas de Netanyahu el peor revés desde 1982
Una operación por sorpresa del ejército israelí contra las guerrillas palestinas que operan desde el sur de Líbano, para vengar el atentado del jueves en el centro de Jerusalén, se ha convertido en uno de sus mayores fiascos militares. Once soldados israelíes resultaron muertos y uno ha sido dado por desaparecido en los combates que se produjeron tras el desembarco en la madrugada de ayer en el sur de Líbano de una unidad de élite del ejército hebreo, que fué detectada y emboscada por las guerrillas de Hezbolá y Amal y tropas regulares de las Fuerzas Armadas libanesas. Otros cuatro soldados israelíes resultaron heridos. Dos civiles libaneses, una mujer de 30 años y un menor de edad, murieron como consecuencia de los enfrentamientos. El comando pretendía destruir el cuartel general de Amal y, al parecer, secuestrar a un dirigente shií libanés. Se trata del más humillante revés israelí desde la ocupación del sur de Líbano en 1982.
En tomo a la una de la madrugada, un grupo de 16 soldados israelíes desembarcó en la costa libanesa en las inmediaciones de la localidad de Ansariyah, a unos quince kilómetros al sur de la ciudad portuaria de Sidón. Las guerrillas palestinas y las tropas libanesas parecían esperar esta acción, ya que las operaciones de este tipo suelen ser habituales tras los atentados cometidos en Israel, y acribillaron a los soldados nada más pisar tierra.Entre las bajas israelíes de las casi cuatro horas de combate se incluyen un teniente coronel que comandaba el grupo, un comandante, tres capitanes y tres sargentos.
La televisión israelí interrumpió sus emisiones para dar imágenes de los restos de la operación militar y sobreimpresionó en la pantalla el nombre y edad de las víctimas de su ejército.
Aunque los militares israelíes no han informado del objetivo perseguido en su fracasada operación, todo hace pensar que la acción estaba dirigida contra una de las bases de la guerrilla shií Amal , cuyo brazo político es liderado por el presidente del Parlamento libanés, Nabil Berri. Este grupo prosirio ha indicado que el comando israelí probablemente trataba de secuestrar al vicepresidente del Consejo shií libanés, Abdel Amir Kablan, que vive en la localidad de Ansariyah. "El ejército libanés, nuestros combatientes y la población lo liquidaron", dijo Nabil Berri al asegurar que el comando pretendía la destrucción del cuartel general de Amal en Ansariyah.
Combatientes de Amal habían llevado a cabo una operación de ataque contra las tropas israelíes el pasado 28 de agosto, a consecuencia de la cual murieron cinco soldados.
Rescate israelí
Un portavoz del ejército israelí manifestó únicamente que en la acción de ayer sus soldados "se enfrentaron a terroristas libaneses al norte del río Litani". Tras los primeros combates, fuerzas de rescate israelíes trataron de evacuar a las víctimas con helicópteros, que fueron atacados con granadas de mortero.
Por parte libanesa se produjo la muerte de dos civiles, una mujer de 30 años y un menor de edad, que transitaban por el lugar del suceso. La guerrilla Amal ha reconocido haber sufrido cinco heridos, y la proiraní Hezbolá, otros dos. El ejército libanés, que raramente participa en combates frente a Israel en esta zona, también ha admitido que uno de sus soldados ha resultado herido.
Hasan Nasralá, secretario general de Hezbolá, declaró en Beirut que su grupo tenía "los restos mutilados del soldado israelí" dado por desaparecido, y que estaba "dispuesto a canjearlo", aunque no precisó con quién.
Según los testigos que pudieron acercarse a primeras horas del día a la zona, en Ansariyah y Lubieh, situada entre las ciudades de Tiro y Sidón, el ejército libanés y las milicias de la resistencia continuaban durante la jornada de ayer recogiendo los restos tras los combates. Periodistas llegados al lugar, hablaban de piernas cortadas, una cabeza y jirones de carne humana descubiertos en un huerto donde el comando israelí fue rodeado por combatientes de Hezbolá. A lo largo de decenas de metros había rastros de sangre debido sin duda a que los helicópteros que llegaron para salvar a los militares tuvieron que arrastrar a los heridos.
En Beirut se descarta que la operación de ayer tuviera una relación directa con el triple atentado suicida del jueves en una calle del centro de Jerusalén y en el que murieron, además de los tres suicidas que pusieron las bombas, cuatro civiles israelíes."
Un día de doble luto"
El duro revés de la incursión militar israelí fue acogido con resignación por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien manifestó que ayer era "un día de doble luto". Netanyahu aseguró, antes de convocar una nueva reunión urgente de su Gabinete, que "en el acto terrorista [de anteayer] de Jerusalén perdimos a lo mejor de nuestra juventud y de nuestros hijos y [la pasada madrugada] en Líbano a once de nuestros mejores combatientes". El jefe del Gobierno reconoció que "el Estado de Israel tiene abiertos dos frentes de lucha amarga y dura con terroristas cuyo objetivo es destruir a este país y asesinar a sus ciudadanos".Netanyahu aseguró también que, "en la dura lucha por el derecho a vivir en paz y seguridad, superaremos todas las dificultades con profunda fe, la convicción de la justicia de nuestro camino y la fortaleza de nuestro pueblo".
El revés israelí en el sur de Líbano, donde sus operaciones se repiten con frecuencia, es el más grave desde que invadió este país en 1982 y estableció, a partir de 1985, una zona de seguridad al norte de la frontera. El control de esta zona es compartido por el ejército y una milicia libanesa armada y financiada por el propio Estado israelí.
En las últimas semanas se han registrado frecuentes combates en la región fronteriza, aunque desde el fin de la Operación Uvas de la Ira, en abril del año pasado, existe un acuerdo de alto el fuego entre Israel y la guerrilla palestina. En repetidas ocasiones, la guerrilla de Hezbolá ha bombardeado con misiles de tipo Katiusha las poblaciones del norte de Israel, cuyo ejército ha respondido con el respaldo de sus aliados del ejército del Sur de Líbano.
Tras recibir información de los mandos militares sobre el fracaso de su intervención de la madrugada del viernes, Netanyahu reconoció que el desastre de la última operación podrá afectar a otras actuaciones futuras en la zona. Sin embargo, el jefe del Gobierno israelí aseguró: "No tendremos más opción que tomar acciones defensivas, incluso dentro de territorio libanés", si continúan los ataques desde Líbano.
El primer ministro libanés, Rafic Hariri, mantuvo contactos telefónicos ayer por la mañana con el presidente francés, Jacques Chirac, así como con "responsables" norteamericanos, para tratar de la situación creada tras el fallido ataque israelí.
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