En España se disculpa a los gráficos
En España, directores y redactores de revistas del corazón, asociaciones profesionales y fotógrafos coincidieron ayer en disculpar a los paparazzi y atribuir la responsabilidad del accidente de tráfico en el que murió la princesa Diana al exceso de velocidad. Aun así, muchos reconocieron que va a abrirse un debate sobre el trabajo de los reporteros gráficos."Siempre que hay una catástrofe se busca el chivo expiatorio, y en este caso se echa la culpa a los fotógrafos", manifestó Antonio Uroz, redactor jefe de Diez Minutos. Para Uroz no se puede establecer "una relación causa efecto" entre el accidente y la persecución de los reporteros gráficos. El coche en el que viajaban Diana y su novio, subrayó, iba a una "velocidad desmedida".
"Si los fotógrafos persiguen a alguien es porque no quiere posar o porque huye. Lo que tienen que hacer las personas populares es no escapar para que no tengan que ir detrás de ellos", declaró Julián Navarro, director de la revisa Semana. En opinión de Navarro, los paparazzi estaban cumpliendo con su obligación y no son "en absoluto" culpables ni responsables de lo ocurrido. El exceso de velocidad ha do el único causante de esta tragedia", añadió. En parecidos términos se expresó José Ramón Platón, vicepresidente de la Asociación de Periodistas Gráficos. Platón aseguró que en accidentes como el ocurrido "los verdaderos responsables son los que imponen la velocidad a ese coche". No considera Platón que, vaya a haber un antes y un después en la forma de trabajo de los reporteros gráficos, ya que "desde que el periodismo existe la prensa ha ido detrás de los famosos".
"El trabajo de los paparazzi existirá de por vida, y si hay fotos de la princesa Diana en el accidente, esas fotos se publican", reconoció por su parte Manuel Pérez Barriopedro, vocal de la Asociación de la Prensa y representante de los fotógrafos en ese organismo. Barriopedro hizo ayer un llamamiento para que se inicie un "debate mundial sobre el papel de los paparazzi y la venta de exclusivas" a los medios de comunicación. En todo caso, subrayó que su trabajo "es tan digno como cualquier otro". "En esta ocasión, la desgracia va acompañada de la morbosidad de los hechos, pero no se debe culpar del accidente a los fotógrafos", puntualizó.
Tampoco el veterano periodista del ramo Jaime Peñafiel, experto en información sobre las casas reales, ve responsabilidades de los paparazzi, aunque ha reconocido que "posiblemente lo provocaron". "Al saber que eran perseguidos [la princesa y su acompañante], deberían medir sus pasos, y por lo tanto, si no querían ser descubiertos por los reporteros, no tenían que haber salido del restaurante", manifestó.
Yolanda Dotto, paparazzo que ha fotografiado en Marbella a Diana de Gales y por algunas de cuyas fotografías se han pagado cifras millonarias, defendió su trabajo, asegurando que "responde a una demanda muy fuerte del público y las revistas". "Formamos parte de una cadena", subrayó, aunque admitió que es "inevitable" que se abra un debate sobre la labor de los paparazzi, a pesar de que, dijo, "sólo cumplimos con nuestro trabajo".
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