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UNA VIDA CONTRA LA VULGARIDAD

Fallece el pianista Tete Montoliu, que logro cruzar, todas las fronteras con su jazz

El músico barcelonés de 64 años ,ciego de nacimiento, padecía un cáncer

El pianista de jazz Tete Montoliu falleció ayer a las 11.40 en el Hospital Clínico de Barcelona, a los 64 años, víctima de un cáncer de pulmón que le había sido detectado al ingresar en noviembre del año pasado una arritmia. Su dramática lucha contra el cáncer, que por deseo de su familia no se hizo pública, no le apartó de los escenarios hasta los últimos momentos. Tete Montoliu nació en Barcelona el 28 de marzo de 193 3 y su gran talento como, pianista de jazz traspasó las fronteras españolas y obtuvo un gran reconocimiento en Estados Unidos y Japón. Hijo de un músico de la Orquesta del Liceo, a los cuatro años ya demostró ser un niño prodigio del piano. Sus restos serán incinerados mañana en Barcelona.

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Con la desaparición de Tete Montoliu no es sólo la música española contemporánea la que pierde una de sus más grandes personalidades.Desde ayer el mundo del jazz tiene también un gran vacío. Desde hace varias décadas Tete Montoliu ocupa un meritorio, lugar en la historia del jazz y había recibido un reconocimiento aún mayor en Estados Unidos y Japón que en España.Vicenç Montoliu i Massana nombre verdadero de Tete Montoliu, nació en el seno de una familia de músicos; su padre tocaba en la Orquesta del Liceo y en la Banda Municipal de Barcelona. A pesar de haber nacido ciego, Tete, nombre con el que sus padres le llamaban desde el mismo día del nacimiento, completó sus estudios musicales en el Conservatorio Municipal de Barcelona, de donde salió ya con el firme propósito de convertirse en pianista de Jazz, a pesar de que el panorama español de la época no era especialmente alentador.

Nuevas experiencias

Tras unos primeros pasos en la música comercial, Tete Montoliu realizó una gira en 1955 con Lionel Hampton y grabó su primer disco de jazz en 1958. En 1961 fue ya llamado para formar parte del European All Stars, que agrupaba a los mejores jazzmen del viejo continente. A partir de ahí su carrera como pianista fue imparable y compaginó amplias temporadas en Copenhague, Berlín y Nueva York con largas estancias en el Whisky Jazz de Madrid y el Jamboree de Barcelona. En los últimos años alternaba sus conciertos en trío con sus actuaciones en solitario y había ampliado sus fronteras con experiencias tan interesantes como su reciente disco dedicado a composiciones de Joan Manuel Serrat o su reelaboración de los boleros clásicos con la cantaora Mayte Martín.

La trayectoria internacional de Tete Montoliu está avalada por un centenar de discos -la mayoría para compañías discográficas norteamericanas, danesas, alemanas, italianas yJaponesas-, constantes colaboraciones con algunos de los nombres esenciales del jazz de las últimas décadas -desde Dizzy Gillespie a Dexter Gordon, pasando por un largo etcétera que incluiría a músicos contemporáneos, como Chick Corea o Archie Shepp, o clásicos, como Don Byass o Ben Webster- y un dato tan objetivo como el haber quedado reiteradamente entre los primeros pianistas mundiales -siempre el primer europeo- en las encuestas anuales de prestigiosas revistas especializadas norteamericanas o japonesas, como Down Beat o Swing Journal.

En noviembre de 1996, y durante una época de abundante actividad concertística, Tete Montoliu padeció una súbita arritmia cardíaca que requirió la, implantación de un marcapasos. Su dolencia cardiaca se complicó al serle detectado un cáncer de pulmón que, a pesar de no haber dado síntomas previos, afectaba ya diversas vísceras. A partir de aquel momento las sesiones de quimioterapia se alternaron con temporadas de bonanza en las que el pianista ofreció algunos de sus mejores conciertos de sus últimos anos, como si la enfermedad interna le pro pulsara a recorrer con más intensidad que nunca sus propios caminos musicales.

Despedida

Un ejemplo idóneo de la grandeza musical de los últimos, días de Montoliu fue el concierto ofrecido el pasado mes de marzo, cuando el cáncer hacía ya mella en su físico, en el Palau de la Música de Barcelona para celebrar su 64º cumpleaños. Fue aquélla una actuación magistral en la que el público y la crítica coincidieron al calificarla con adjetivos superlativos. Este concierto está previsto que pronto vea la luz en formato discográfico siguiendo los deseos que el propio pianista expresó antes de morir.

Su última actuación en público fue el pasado 30 de junio en el monasterio aragonés de Veruela. A su regreso en coche a Barcelona, el pianista notó las primeras molestias de la que sería la última y definitiva recaída de su penosa enfermedad. Ingresó en el Hospital Clínico de Barcelona, donde se comprobó que el avanzado estado de su enfermedad impedía establecer nuevos tratamientos. A pesar de que diversas altas hospitalarias le permitieron pasar algunos días en su domicilio barcelonés, Tete Montoliu ya no volvió a sentarse ante un piano.

Su agenda de compromisos profesionales estaba más llena que nunca. Durante estos meses de verano su esposa y su representante tuvieron que cancelar más de 50 conciertos ya confirmados, y los planes de nuevas actuaciones y giras se amontonaban sobre su mesa, en especial una serie de colaboraciones con diferentes jazzmen internacionales con los que tenía previsto realizar diversas grabaciones discográficas. La carrera de Montoliu quedará definitivamente inconclusa, rota precisamente en uno de sus puntos álgidos tanto en el aspecto musical como de estabilidad personal.

Tete Montoliu poseía, entre otros galardones, el Premio Nacional de Música, la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña, la Medalla al Mérito del Ayuntamiento de, Barcelona y un honor que él valoraba mucho: la insignia de oro y brillantes del Barça, su segunda pasión después del jazz.

Un centenar de discos

Tete Montoliu ha dejado más de un centenar de discos en los que se encuentran no sólo lo mejor del jazz; español, sino también algunas grabaciones esenciales del jazz de las últimas décadas. Entre sus primeras grabaciones, en la década de los cincuenta, junto a Lorenzo González o al frente de su propio Conjunto Tropical -mambos, boleros y cha-cha-chá con la voz de su primera mujer, la cantante cubana Pilar Morales-, hasta su último disco, Montoliu interpreta a Serrat hoy, hay un largo camino de más de 40 años.Su primera grabación importante fue, a pesar de que a él nunca le gustó cómo quedó, Flamenco Jazz, de Lionel Hampton. A partir de ahí su nombre se cotizó al alza y Tete Montoliu pudo grabar en Holanda y Dinamarca en las décadas de los sesenta y setenta con algunos creadores míticos de la especialidad: Dexter Gordon, Ben Webster, Kenny Dorham y Roland Kirk, antes de formar su propio trío internacional con el contrabajista Niels-Henning Orsted-Pedersen y dejar para el futuro discos tan importantes como Catalonian Fire, Tête á Tete y Tooti's tempo.En los años setenta, y ya totalmente maduro como pianista, afrontó el reto del piano solo con obras de gran calado como Catalonian Folksongs y, un poco más tarde, la serie de cuatro discos compactos The music I like to play, grabada en Milán y con siderada su obra más importan te. En las dos últimas décadas se había centrado casi exclusiva mente en su propia obra y sus colaboraciones con otros músicos escaseaban cada vez más. A pesar de ello es necesario recordar sus dúos discográficos con Chick Corea, George Coleman y Niels-Henning Orsted-Pedersen.

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