Claudio Abbado conquista al público de Salzburgo con 'Wozzek', de Alban Berg

Fue sin duda uno de los momentos culminantes del año en Salzburgo. Aunque ya en el festival de Pascua había tenido muy buena crítica la representación de Wozzek, dirigida por Claudio Abbado, con prácticamente la misma puesta en escena abstracta, estilizada y fría de Peter Stein, esta vez las expectativas fueron superadas con creces. Hace medio año tocó la Filarmónica de Berlín. Ahora brilló la Orquesta Filarmónica de Viena, en perfecta armonía con Claudio Abbado. Nunca antes, se había escuchado de forma tan dramática, monumental, acentuada y a la vez ardiente esta tragedia compuesta por Alban Berg en 1921. La prensa austriaca comenta este acontecimiento con euforia. El crítico Moriz Langbein ve la clave del éxito en una trinidad formada por la obra, Wozzek; el director, Abbado, y los intérpretes de la Filarmónica de Viena. "El público percibió que Claudio Abbado se abrazaba entrañablemente a su orquesta ignorando la acritud de la obra". Brillante fue también la actuación de los cantantes Albert Dolimen, John Villars y Angela Denoke.Tanto el rotundo éxito de Wozzek como la buena acogida que han tenido las óperas Pelleas y Melisande y El gran macabro demuestran que en Salzburgo existe un público también sensible a la música contemporánea. Se han vendido un 88% de las localidades para las tres obras de este siglo programadas, con una ocupación total de 25.000 personas, a pesar de que las entradas son tres veces más caras que en los grandes teatros de ópera europeos. Según la administración del Festival de Salzburgo, estas cifras, añadidas al entusiasmo manifestado por el público, dan la razón al plan del director del festival, Gérard Mortier, de que la programación de Salzburgo incida en la música contemporánea, aunque esta opción provoque encendidas polémicas en los medios austriacos.