_
_
_
_

El arte inmóvil y perfeccionista de Domenico Gnoli se muestra por primera vez en Mallorca

El pintor italiano vivió durante los últimos seis años de su vida en Deiá

"Quise encauzarme hacia la pintura clásica italiana, frente a la que muy pronto reaccioné, aunque sin olvidar el gusto y el oficio del Renacimiento". Domenico Gnoli (Roma, 1933-Nueva York, 1970), dibujante, grabador, pintor y escultor, murió de cáncer antes de cumplir los 37 años, en pleno éxito. Dejó una obra también breve pero fulgurante, realista e inmóvil, perfeccionista e inquietante, imágenes entre el realismo y el pop-art de su generación. Hasta mediados de septiembre, en el Centre de Cultura Sa Nostra de Palma se exhibe una primera muestra de los fondos de la colección Gnoli, que custodia su viuda, la artista francesa-vietnamita Yannick Vu, y la Fundación Jakober en Mallorca.

En la isla de Mallorca fue gestada una buena parte de las 26 pinturas, 74 dibujos, 20 grabados, otros tantos esbozos e ilustraciones, así como dos esculturas de la actual exposición. Gnoli residió los seis años del último tramo de su actividad vital y creativa en el mítico pueblo mallorquín de Deiá junto a su esposa, Yannick. Allí, bajo los acantilados y frente al mar, donde escribieron Robert Graves, Vargas Llosa, Cortázar o Anais Nin, Domenico Gnoli -de refinados gustos literarios- pintó 139 de las 240 cuadros que dejó al morir."Fue su periodo más productivo y por el cual es más conocido", dice Yannick Vu, quien retrata al pintor como "un artista con una memoria visual impresionante, que miraba las cosas con ojos de niño -para descubrir el sentido y el misterio- y representar luego la realidad, alcanzando momentos oníricos". Vu recuerda que "Gnoli podía alternar el trabajo en cuadros abstractos con los figurativos, una dualidad sin periodos creativos fragmentados. Siempre pintaba, y para descansar, dibujaba o escribía".

El pintor Mati Klarwein arrastró al creador italiano hasta Deiá, donde habitó S'Estaca, el nido de amor de Luis Salvador, el archiduque de Austria, y que ahora es propiedad de Michael Douglas. Aquella época se sintetiza en el caserón de Sa Nostra, en tres niveles diferentes y en siete salas continuas. Impactan las gigantescas imágenes de los cuadros del nudo de corbata, el rizo de cabello, el corazón de manzana o las telas de butacas.

Domenico Gnoli aplanó con acrílico y arena hiperrealistas retazos de muebles y ropa, pero también plasmó unas minuciosas tauromaquias, calladas, de pequeño tamaño, y dibujó las abigarradas procesiones de Sevilla. Ilustró libros y revistas de prestigio para obras de Daniel Defoe, Alberto Moravia, Uggo Moretti o Robert Graves. Monstruos, metáforas absurdas y dibujos para libros infantiles abarcaron su ámbito de trabajo con la tinta y las aguadas sobre papel. La obra gráfica es nítida y clásica. La fuerza del simbolismo de Gnoli se oculta bajo simples detalles, como aumentados con una lupa. Un botón, un zapato, un nudo de corbata, se convierten en sus telas en poderosos evocadores de lo femenino, lo masculino, la identidad de lo insignificante.

Yannick Vu es la comisaria de esta muestra, que ha decidido plantaer a la inversa. Empieza por los últimos trabajos y termina en los primeros, buscando una indagación íntima de su desarrollo. La exposición incluye esculturas, bocetos, apuntes, cartas. "Aparentemente no hay relación entre su trabajo y Mallorca, pero eso es algo engañoso", dice Vu. "Las casas, la atmósfera, los muebles austeros, las camas cuidadosamente hechas, la ropa planchada, dan un sentido de orden que se acerca a la serenidad, a una pulcritud casi monacal".

Predestinado

Gnoli nació en un lugar oportuno y en un ámbito adecuado: su padre era historiador del arte y superintendente de la Academia de Perugia; su madre era ceramista; su abuelo fue poeta romántico. "Nací sabiendo ya", dijo, "que sería ser pintor. Mi padre me presentó la pintura como la única cosa aceptable".Pero sólo asistió tres días a las clases de la academia, y se dedicó a diseñar vestidos y decorados para producciones teatrales. La explosión de su biografía creativa duró poco más de una década. Entonces se evidenció su obsesión por la pintura inmóvil e inquieta, estilo y pasión que no fue obstáculo para efectuar multitud de viajes y estancias en todo el mundo.

Gnoli es un pintor mitificado por su brevedad y su perfeccionismo, por lo que ha generado mucha bibliografía y exposiciones. En el catálogo se incluyen varios estudios, como el de Giulio Carlo Argan y el de Italo Calvino. Hay cuadros suyos en muchas colecciones internacionales. En España, sólo un museo, el Thyssen de Madrid, tiene obra de Gnoli expuesta. En 1990, La Caixa presentó una amplia antológica en España.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_