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Arafat reclama la intervención de EE UU para salvar el proceso de paz en Oriente Próximo

Presionado por la comunidad internacional, el líder palestino, Yasir Arafat, viajó ayer a Egipto para pedir al rais Hosni Mubarak, privilegiado interlocutor del presidente norteamericano, Bill Clinton, que obtenga la urgente intervención de Estados Unidos para salvar el proceso de paz en Oriente Próximo tras el atentado del pasado miércoles en Jerusalén. En medio del naufragio de su Gobierno -sólo dos de sus 18 ministros no han presentado la dimisión- Arafat denunció que, con sus medidas de fuerza, Israel ha "declarado la guerra a los palestinos, y no al terrorismo".

Las bombas del mercado de Jerusalén han desatado graves consecuencias que han acarreado a los palestinos, entre otros perjuicios, la paralización de las negociaciones del proceso de paz y el bloqueo económico y social para dos millones de trabajadores -a quienes Israel les ha cerrado todos los pasos fronterizos-, castigados además con no recibir la parte de los impuestos ya recaudados por el Gobierno israelí y que deberían ser entregados a los palestinos, de acuerdo con los pactos de Oslo."La intervención del presidente norteamericano es imprescindible, más que nunca, en las actuales circunstancias, y es la única salida a la crisis del proceso de paz", aseguró Arafat tras reunirse con Mubarak en las inmediaciones de Alejandría. El presidente de la Autoridad Palestina calificó de "castigo colectivo" las medidas adoptadas por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, entre las que citó el "cerco de las ciudades palestinas" por los carros de combate israelíes. El ministro de Exteriores egipcio, Amro Mussa, expresó su "esperanza de que la iniciativa de mediación de EE UU sea lanzada lo antes posible".

En el frente interno, mientras, sólo dos ministros, sobre un total de 18, han logrado salvarse del naufragio del primer Gobierno de Arafat. El pasado viernes, a la salida de un Consejo de Ministros celebrado en Ramala (Cisjordania), presentaron colectivamente su dimisión la práctica totalidad de los miembros del Ejecutivo en respuesta a una investigación parlamentaria que descubrió "fraudes", "malversaciones" y "despilfarros" en la mayoría de los ministerios por un montante de 326 millones de pesetas, una cuarta parte del presupuesto nacional palestino.

Yasser Abed Rabbo, ministro encargado de Información, y Nabil Shaat, responsable de Planificación y representante palestino en las negociaciones de paz, son los únicos miembros del Ejecutivo que no presentaron la dimisión de sus cargos a Arafat. El resto puso sus puestos a disposición del jefe del Gabinete, respetando así una anterior decisión del Parlamento o Consejo Nacional, que horas antes había reclamado, por 56 votos contra uno, la dimisión de todos los ministros, dando un mes de plazo a Arafat para que renovara su equipo y formará uno nuevo con profesionales capaces".

Paradójicamente, Nabil Shaat, uno de los dos ministros que se ha negado a dimitir, está acusado, según la investigación de haberse apropiado de fondos públicos para pagar gastos personales, como la electricidad y el teléfono de su casa, según se asegura en el informe del comité anticorrupción entregado a los parlamentarios al principio de la pasada semana. Shaat, sin embargo, ha venido negando estas acusaciones, alegando que se trata de una "sarta de mentiras".

Arafat no ha aceptado por ahora las dimisiones, pero alguno de sus ministros ha declarado ya la posibilidad de que estas renuncias se congelen y no se hagan efectivas inmediatamente, evitando así agravar la crisis política tras el atentado de Jerusalén, que se saldó con 15 muertos y 170 heridos.

Oleada de detenciones

Entretanto, el Ejército israelí continúa practicando decenas de detenciones en la zona controlada por sus tropas en Cisjordania, en un intento de descubrir a los autores del atentado del mercado de Jerusalén y de evitar nuevas acciones terroristas. Algunas imágenes relativas a estas detenciones han venido siendo ofrecidas por la televisión, mostrando el rostro de unos sospechosos a los que se les vendaban los ojos, se les ataban las manos y se les conducía a centros de detención desconocidos.Las fuerzas policiales palestinas también están colaborando en la operación de búsqueda de sospechosos, como lo demuestra la detención de un líder de la organización extremista Hamás en la franja de Gaza, que fue interrogado durante tres horas por los servicios de seguridad del general Ghazi Jabali, jefe de policía de Arafat, contra quien los israelíes han dictado una orden de detención y de extradición por su supuesta implicación en "actos terroristas".

[Por otra parte, Hamás negó ayer que tuviese cualquier tipo de conexión con el previsto atentado contra el metro de Nueva York anunciado por el FBI, cuyos agentes detuvieron a dos palestinos calificados como presuntos miembros de dicho grupo extremista, según Reuter].

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