Polonia, incapaz de detener el contrabando de gas freón
La tercera parte del gas freón que se utiliza en Polonia -para plantas y talleres de reparación de frigoríficos y de aire acondicionado- proviene del contrabando, según ha revelado la fundación ecologista polaca Prozon. Las autoridades reconocen que son incapaces de controlar la venta ilegal de ese gas, especialmente nocivo para la capa de ozono.Polonia firmó en octubre de 1990 el protocolo de Montreal, que prohibe tanto la producción como el uso del freón, y desde 1996 se ilegalizó su importación. Sin embargo, en esa época comenzó el tráfico ilegal de freón, sobre todo de Rusia, un país que aún no está sometido a las restricciones del protocolo de Montreal y donde un kilo del gas cuesta apenas tres dólares (unas 460 pesetas). En Polonia hay que pagar por un kilo siete veces más.
La demanda de freón es importante. En teoría, sólo se puede utilizar el gas reciclado, pero su recuperación de las instalaciones que caen en desuso es costosa. Las empresas que utilizan el freón se niegan a revelar el nombre de sus suministradores, pero -según el diario polaco Rzeczpospolita- no tienen el menor problema en encargar la "importación" de por ejemplo 10 toneladas del gas.
Para controlar ese tipo de contrabando, los guardas fronterizos polacos disponen tan sólo de un aparato de rayos X para comprobar qué transportan dentro de las bombonas de gas los turistas que circulan frecuentemente entre Polonia y Rusia.
Pero la falta de modernos equipos en la frontera no es el único problema. Además, la Policía considera "de menor importancia" el contrabando de sustancias nocivas para el medio ambiente. Según Rzeczpospolita en el negocio estarían implicados buen número de aduaneros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.