Una noche memorable

Jornada saxofonística en el Festival de Jazz de Vitoria: por la tarde David Sánchez, por la noche Ernie Watts y David Sánchez, y ya de madrugada otra vez David Sánchez. Fue la jornada del puertorriqueño David Sánchez, que con su gesto incendiario suele armarla gorda allí donde sopla y el viernes en Vitoria sopló y mucho y todo ardió a su alrededor. Fue la jornada de Sánchez, pero con permiso de Ernie Watts que, miembro del Quartet West de Charlie Haden, ofreció una actuación realmente memorable. Todo en el concierto de Haden fue memorable, pero Watts consiguió, como muy pocas veces, emocionar con cada uno de sus solos, ponerle la carne de gallina al personal.La jornada se abrió como todas las tardes con el capítulo Jazz del siglo XXI, esta vez protagonizado por el quinteto, de David Sánchez. El teatro Principal volvió a llenarse y Sánchez ofreció casi dos horas de jazz latino de alto voltaje. Su propuesta no es una estudiada fusión más de dos mundos cercanos, todo lo contrario: Sánchez ha vivido en jazz y, en latino sus casi 30 años de vida y eso se nota en cada nota que sale de su saxo, ya sea un caliente hard bop como un jazzístico bolero. Nada que ver con la concepción musical del trompetista Roy Hardgróve, virtual líder del grupo Crisol que grupo reúne músicos cubanos, puertorriqueños y norteamericanos y que sigue pareciendo un turista en el Caribe. Un turista entusiasta y animoso, pero turista al fin y al cabo.

Hardgrove ofreció en Mendizorrotza un concierto cargado de ritmo pero sin conseguir que la mezcla. de ingredientes se materializara en algo compacto. La actuación valió lo que valía cada uno de sus solos: el pianista Chucho Valdés estuvo arrollador, un tanto exhibicionista, pero arrollador. El trombonista Frank Lacy y el propio Hardgrove soplaron mucho y bien, pero fue David Sánchez, haciendo doblete, el que se llevó el gato al agua: su larguísimo e imparable Solo en el segundo tema ya compensó por toda la sesión.

Y Sánchez, como al día siguiente tenía que madrugar para viajar hasta Estambul, decidió no dormir y proseguir la velada en el bar del Canciller Ayala en una apoteósica jam session con Cyrus Chesnut, que se alargó hasta altas horas de la madrugada y a la que se fueron añadiendo otros músicos que, como Lacy, dieron más en el after hours que en la actuación oficial.

Charlie Haden

Los que lo dieron todo sobre el escenario fueron los integrantes del Quartet West de Charlie Haden. Una hora y 45 minutos de belleza en estado puro. Una propuesta arrebatadora de la que no fueron nada ajenos los jovencísimos integrantes de la Orquesta de Cámara Jesús Guridi de Vitoria, que se adaptaron como un guante a las. necesidades de Ha den, redondeando una velada fascinante. Haden, presentó en Mendizorrotza la versión en directo de su último disco, Now is the hour, una obra para cuarteto de jazz y cuerdas en la que tanto el contrabajo del líder como el saxo tenor de Ernie Watts alcanzaron momentos de una expresividad conmovedora. Watts rozó él estremecimiento en cada solo y las cuerdas de la Jesús Guridi le arroparon con delicadeza gracias a los milimetrados arreglos del pianista Alan Broadbent, que esa noche también dirigió la orquesta. Un concierto para escuchar una o dos veces a la semana, una verdadera bocanada dé aire, fresco.Aire fresco podría también utilizarse para definir la actuación de los Jazz Passengers ya sin Debbie Harry, que voló a Los Ángeles en la tarde del viernes. Sin la voz de la diva de la new wave, el grupo neoyorquino sonó -aún más contundente, libre, rítmico y, sobre todo irónico: como una banda de dibujos animados reescribiendo toda la historia de la música contemporánea con jazz como telón de fondo.