El Museo Nacional de Arte de Cataluña redescubre el esplendor del gótico

"Vamos a la parte del cómic", decía un joven mientras corría por las salas del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Se refería a una de las salas de gótico, y uno de los visitantes, oyéndolo, remiraba comprensivo el retablo que describía con todo detalle cómo santa Lucía se metía el dedo en el ojo. Lo cierto es que la inauguración, ayer, de la nueva instalación de la sección de arte gótico del MNAC, cerrada al público durante ocho años, ha supuesto para muchos el redescubrimiento de unas obras que la mayor fama del románico había eclipsado. La restauración de las 427 piezas góticas expuestas y el nuevo montaje contribuyen a realzar este periodo y completan la colección de arte medieval.

El MNAC, situado en el barcelonés Palau Nacional de Montjuïc, es conocido precisamente por sus colecciones de arte medieval. Pero si la sección de románico, que reúne el más completo conjunto de pintura mural, está integrada principalmente por obras procedentes de modestas parroquias rurales de las zonas pirenaicas, las colecciones de arte gótico reúnen el arte que se realizaba en la corte y en las ciudades y, en consecuencia, cuenta con piezas significativas realizadas por algunos de los más importantes artistas de este periodo. Desde Ferrer Bassa, pintor real activo en la primera mitad del siglo XIV que fue el principal causante de la influencia de las escuelas giotescas en la corona catalano -aragonesa, hasta Jaume Huguet, también pintor real y uno de los más grandes artistas europeos del gótico tardío de la segunda mitad del siglo XV. Otros nombres importantes de este periodo son los pintores Lluís Borrassá, Bernat Martorell -del que el museo posee un conjunto importante que se presenta en la sala central del recorrido-, Lluís Dalmau -cuya pieza más conocida es La Verge dels Consellers, que representa la introducción del retrato en la pintura catalana-, Bartolomé Bermejo y Jacomart, así como los escultores Jaume Cascalls y Pere Sanglada.

Esplendor cultural

El periodo gótico, además, coincide cronológicamente con el momento de mayor expansión de la corona catalano-aragonesa, que entre los siglos XIII y XV amplió su influencia desde Montpellier a Valencia y desde Sicilla a Huesca. Es un momento de pujanza económica, política y cultural que se refleja en el arte, la literatura y la arquitectura. El grueso de la colección del museo está centrado en el arte gótico catalán -que en la presentación museográfica ocupa las salas de mayor dimensión, situadas alrededor del muro perimetral del recinto dedicado a este estilo-, pero también hay una importante representación del arte valenciano y aragonés así como del que se realizaba en los otros reinos peninsulares y europeos, que se presentan en las galerías interiores que atraviesan el recinto en sentido longitudinal. La parte más importante de las piezas son pinturas sobre tabla, si bien se han valorado y realzado en esta nueva instalación los fondos escultóricos y hay también una significativa muestra de orfebrería, arte mobiliario y numismática.La presentación tiene carácter cronológico y permite conocer la evolución estilística del gótico en esta área geográfica desdesu introducción en Cataluña a finales del siglo XIII hasta su desaparición progresiva a finales del siglo XV por la influencia del arte flamenco e italiano. Además de este recorrido estilístico, el montaje incluye cuatro ámbitos temáticos que desarrollan algunos aspectos que caracterizan el periodo. El primero, que abre el recorrido, se centra en el arte civil, que en la Baja Edad Media adquiere más protagonismo debido al espectacular crecimiento de las ciudades, y en él destacan las pinturas murales de finales del siglo X-III procedentes del palacio Aguilar de Barcelona, actual Museo Picasso, que describen la conquista de Mallorca por parte de Jaime I en 1229. Otro ámbito temático se dedica a la evolución de la figura del donante -persona que pagaba o encargaba la obra- desde sus primeras representaciones simbólicas hasta la aparición del retrato. La escultura funeraria y la iconografía mariana a través de la escultura europea también disponen de un ámbito temático de carácter diacrónico.

Dos arquitecturas

Tal como sucedió con la primera fase de las obras, la rehabilitación del area del Palau Nacional en la que se ha instalado el gótico ha corrido a cargo de la arquitecta italiana Gae Aulenti, si bien en esta ocasión ha habido un mayor control museológico por parte del actual director del MNAC, Eduard Carbonell, lo cual comporta que existan visibles diferencias con el montaje de las piezas de arte románico. Se mantienen, sin embargo, las dos estructuras arquitectónicas, la del palacio de 1929 y la de las salas de exposición, pero los muros de separacion entre las diferentes salas son de mayor tamaño y la luz es difusión y homogénea, con excepción de algunos focos, para las esculturas.La instalación de esta sección ha costado en conjunto 703 millones de pesetas, que han pagado a partes iguales el Ministerio ¿le Cultura, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona. La fase anterior -que incluía la consolidación del edificio y la rehabilitación de las salas de exposición y la sección de románicose inició hace 11 años y ha costado hasta el momento a las tres instituciones unos 10.000 millones de pesetas. Falta acabar todavía el piso superior del edificio y todo el pasillo que bordea la gran sala oval del palacio, en donde se instalarán las colecciones desde el siglo XVI hasta mediados del XX -operación que incluye el traslado en bloque del actual Museo de Arte Moderno, situado en el parque de la Ciudadela- y la biblioteca de los museos. Esta última fase tendrá un coste de unos 5.000 millones de pesetas, si bien aún no hay acuerdo entre las instituciones para asegurar la continuación de las obras. El Ayuntamiento y la Generalitat, que costean el funcionamiento del museo, están negociando la redacción de unos nuevos estatutos que permitirán la entrada en el patronato del Ministerio de Cultura y de empresarios privados.