_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El coste de la ampliación

Sorprendentemente para un asunto sobre el que se han vertido ríos de tinta, se ha escrito muy poco sobre las repercusiones financieras de la ampliación. Recientemente han surgido comentarios alarmistas sobre sus enormes costes, que se afirma podrían incluso desequilibrar los presupuestos de las naciones implicadas.Las evaluaciones sobre costes publicadas hasta la fecha, la de la Oficina Presupuestaria del Congreso (marzo de 1996), la de la Rand Corporation (abril de 1996) y la del Pentágono (febrero de 1997), todas provenientes de Estados Unidos, han ido reduciendo las estimaciones desde 125.000 hasta 35.000 millones de dólares (entre 18 y 5 billones de pesetas) para los próximos 13 años, y aún así existen razones que indican que esos costes serán todavía inferiores.

Más información
EE UU y Francia mantienen hasta el último minuto el pulso sobre la extensión de la OTAN

Las fuentes de financiación de los costes sólo pueden ser los presupuestos de defensa de los miembros actuales o futuros y los presupuestos comunes de la OTAN. En los últimos años, los presupuestos de Defensa de los aliados actuales han sufrido continuos recortes. Desde 1991, en el conjunto de la OTAN, dichos presupuestos han disminuido una media del 30% y no hay razones para pensar en la posibilidad de un giro radical.

Los presupuestos comunes de la OTAN son ya relativamente modestos y también siguen una tendencia de reducciones. Es muy improbable que los aliados acepten nada que vaya más allá de incrementos marginales. Tampoco las contribuciones de los nuevos miembros, necesariamente reducidas debido a su precaria situación económica, permitirán incrementos sustanciales. Tras la ampliación, los presupuestos de la OTAN deberán continuar empleándose en financiar el correcto funcionamiento de las estructuras de mando integradas, estando prácticamente descartado que puedan sufragar otro tipo de gastos.

Por su parte, los candidatos, durante sus negociaciones de ingreso, pueden comprometerse a realizar grandes esfuerzos financieros futuros. Para juzgar el realismo de estos posibles compromisos hay que decir que, por ejemplo, el presupuesto actual de defensa de Hungría asciende a 90.000 millones de pesetas, en tomo a la décima parte del español.

Además, y sobre todo tras el pacto firmado por la OTAN y Rusia el pasado 27 de mayo, no existe una sensación de amenaza militar real que aconseje un incremento de los gastos militares e incline a las opiniones públicas a aceptar recortes sobre otras necesidades sociales.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El informe del Pentágono distribuye los costes (hasta 35.000 millones de dólares) como sigue: 1. Construcción de infraestructuras en los nuevos territorios (hasta 12.000 millones). 2. Adaptación de las tropas de los socios actuales (hasta 10.000 millones). 3. Modernización de las Fuerzas Armadas de los nuevos países (hasta 13.000 millones).

Sin embargo, las siguientes razones permiten afirmar que, dentro de cada categoría, los costes resultarán inferiores:

- La OTAN se ha comprometido a no estacionar tropas adicionales en los nuevos territorios, lo que debe limitar la construcción de nuevas infraestructuras.

- La actual estrategia defensiva de la Alianza prevé fuerzas más reducidas y móviles, lo cual debería resultar más económico que el estacionamiento permanente de grandes cantidades de tropas.

- La última categoría de costes, la modernización de las Fuerzas Armadas de los nuevos miembros, es la que supondrá desembolsos más considerables. Es muy improbable que los Gobiernos de los aliados actuales estén dispuestos a sufragar estos gastos con sus presupuestos. El presidente Clinton propugnó recientemente un nuevo Plan Marshall para el Este, pero financiado con fondos privados. A los Gobiernos europeos les faltará tiempo para sumarse a este planteamiento que no afecta a sus déficit públicos.

En consecuencia, los nuevos miembros deberán soportar la mayor parte de los gastos de modernización de sus Fuerzas Armadas. Por otra parte, tampoco estos costes pueden considerarse una consecuencia exclusiva de su incorporación a la Alianza, pues los nuevos miembros habrían debido incurrir necesariamente en ellos por sus propias necesidades de seguridad. El ingreso en la OTAN puede, en todo caso, reducirlos mediante la coordinación de sus necesidades defensivas con las del resto de los aliados.

Francisco José del Pozo, ex presidente de los Comités de Presupuestos de la OTAN.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_