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Bruselas señala a la mafia de las hormonas belga

Holanda informó hace dos meses a la Comisión Europea de que había detectado una partida de carne británica, etiquetada como belga. Las primeras sospechas arrancan del verano de 1996 pero Bruselas fue incapaz de investigar el asunto. La Comisión Europea quiso ayer restar importancia al fraude. En privado acusó del tráfico a la llamada mafia de las hormonas, que actúa en Bélgica desde hace años. Afirmó que se han exportado 1.600 toneladas de carne, de las que 900 viajaron a países terceros y el resto fue incautado en Holanda.La información suministrada ayer por la Comisión. Europea no coincidió con la facilitada por Holanda, el país que ha llevado todas las investigaciones. Holanda informó ayer de este asunto en una reunión del Comité Veterinario Permanente. Según los datos faacilitados allí las autoridades aduaneras holandesas empezaron a sospechar del tráfico ilícito en el verano de 1996, al detectar partidas de carne con doble marca: británica y belga. Entonces informaron al comisario de Agricultura, Franz Fischler.

Hasta el Pasado 23 de abril no obtuvieron las primeras pruebas. Fue entonces cuando se interfirió una partida de carne etiquetada como belga pero procedente, en realidad del Reino Unido. Al día siguiente fue informada UCLAF, Ia unidad antifraude comunitaria. Las autoridades holandesas informaron también a los dos países implicados, el Reino Unido y Bélgica.

Según todos los indicios la UCLAF no informó al resto de los Gobiernos salpicados por el caso, como España y Francia, países por los que puede haber transitado la carne. La información se transmitió a guardias civiles españoles asignados a la UCLAF.

Según Holanda, la partida detectada es de 700 toneladas, de las que solo se han incautado 242 cuando eran enviadas a Rusia a través de Egipto. Las autoridades holandesas ignoran el paradero de la carne restante. La versión de la Comisión habla de 1.600 toneladas, de las que 700 se habrían incautado en Holanda y el resto habría ido a países terceros, entre los que cita a Rusia y Egipto.

Ambas versiones coinciden en señalar que el fraude ha sido realizado por una empresa belga que ya estaba siendo investigado por la llamada mafia de las hormonas. Esta mafia es un grupo de comerciantes de carne que engordaban el ganado con hormonas prohibidas y que hace dos años asesinó a un veterinario para impedir que destapara su negocio. Fuentes comunitarias señalan a la empresa flamenca Tragex-Gel, con sede en una población de Wingene, junto a Ia frontera holandesa. Junto a ella habriá participado una filial suya, Berd, NV, con sede en Mouscron, también en Flandes.

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