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Jorge Herralde reúne "la masa encefálica de la transición"

El Premio Anagrama de ensayo cumple 25 años

P. V. "La masa encefálica de la transición en pleno" y "orgía de materia gris". Así definió ayer Jorge Herralde la acumulación de pensadores que acudieron a Barcelona a celebrar con él el cuarto de siglo del premio de ensayo que lleva el nombre de su editorial, Anagrama. La nómina de los 47 premiados y finalistas traza un retrato muy aproximado de, como dicen las bases, "la imaginación crítica" de la España democrática.

Los filósofos Xavier Rubert de Ventós, Eugenio Trías, José Antonio Marina, Fernando Savater, Víctor Gómez Pin, Norbert Bilbeny y Miguel Morey; el sociólogo Enrique Gil-Calvo; el lingüista Sebastiá Serrano; el crítico literario Jordi Llovet; las novelistas Soledad Puértolas, Carme Riera y Carmen Martín-Gaite; el periodista Vicente Verdú; los escritores Pere Gimferrer, Luis Racionero, Juan García Ponce y Ángel López García; el politólogo Josep M. Colomer, y los ensayistas Antonio Escohotado, Javier Echeverría, Antonio Elorza y Joaquim Lleixá son los veintitrés autores que se han llevado el Premio Anagrama, desde las 50.000 pesetas de la primera edición hasta el millón de la última.Jorge Herralde hizo un breve repaso de la trayectoria del galardón y destacó la importancia de una iniciativa de este tipo: "En nuestro país no sé si es una proeza, pero sí al menos una rareza". Las bases especificaban que el jurado preferiría los trabajos de imaginación crítica a los de carácter erudito o científico, aclaró el editor, "para ahorrarnos los tostones de tesis universitarias", y fue por ello por lo que la censura tardó dos años en conceder el permiso. Pero, una vez obtenido, las expectativas del jurado (realmente excepcional: Juan Benet, Hans M. Enzensberger, Salvador Clotas, Luis Goytisolo, Mario Vargas Llosa y el editor) eran tan elevadas que la primera convocatoria quedó desierta. "Creo que no se lo habríamos dado ni a Harold Bloom", bromeó.

Pero eso sólo ha vuelto a ocurrir en otra ocasión, la séptima. Las demás ayudaron a descubrir futuros valores de la literatura (como las óperas primas de Puértolas y Riera) y la ensayística española (Serrano o Llovet) o consolidaron otros ya incipientes (como Pere Gimferrer). El libro que más ha vendido de todos ha sido Usos amorosos de la postguerra española, de Martín Gaite, quien afirmó: "Desde que me lo concedieron, hace 10 años, los jóvenes me consideran más vanguardia que retaguardia, cosa que me sorprende terriblemente".

El primer galardonado, Rubert de Ventós, destacó "la gran experiencia que ha sido ejercer como jurado de este premio. Yo he sido dos veces senador y en ninguna de ellas he vivido más a fondo el ejercicio democrático de la deliberación". El vencedor de la última edición, Norbert Bilbeny, instó a la editorial a continuar "el diálogo iniciado entre modernidad y postmodernidad para recuperar el terreno perdido respecto al pensamiento europeo". Cerró el capítulo de sugerencias José A. Marina, ganador en 1992, proponiendo a Anagrama la inclusión en todas las portadas de la frase del franquista Giménez Caballero: "El ensayo es el género que más ha contribuido al escepticismo y la descatolización de España".

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