"Estoy harto de que cualquiera se diga independiente", afirma el cineasta
Jim Jarmush es un director de cine con alma de rockero: "Yo recibo más inspiración de la música que del cine", dice. Una vena rockera que ha alumbrado Year of the horse, un largometraje sobre la última gira de su admirado. Neil Young, que se estrenará en otoño en EE UU y en 1998 en Europa. Jarmush, pionero del cine underground neoyorquino de los años ochenta, viajó, cámara en mano, un mes junto al artista canadiense y su grupo. "Estoy harto de que hoy cualquiera se diga independiente", afirma el cineasta, que defiende el control artístico absoluto sobre sus películas.
Tiene pinta de estrella del rock que no pasa de los 35 y, sin embargo, en su pasaporte figura que nació hace 44 años en Akron (Ohio). Camisa, chaqueta y vaqueros negros; pelo blanco. Habla despacio y con voz grave: "Soy fan de Neil Young des e que. le vi por primera vez en un show televisivo con Buffalo Springfield [la primera banda del artista canadiense]".El proyecto de rodar Year of the horse (Año del caballo) nació como una propuesta del rockero canadiense. Jarmush ya había rodado para él un videoclip, Big time, del disco Broken arrow, y Young quería volver a rodar en formato de super 8. Rodaje: tres semanas de gira por Europa y una por Estados Unidos. Actores: Neil Young, un periodista deportivo apellidado Young y que resulta ser su progenitor, los miembros de la banda, el manager y el público de cada concierto. Guión: los asuntos internos de un grupo, la muerte del primer guitarrista, Danny Whitten, el alcohol, las drogas, el carisma de Young. "No se podían contar 30 años de historia de una banda ni se podía entrar a contar en profundidad quiénes son sus. miembros. Ésta es una película con la que se celebra que una banda sigue su camino, fiel al rock".
La atracción de Jarmush por la música y sus ejecutantes viene de lejos. El músico John Lurie hacía sus pinitos en celuloide con Extraños en el paraíso (1984). Tom Waits se encontraba en el camino con Roberto Benigni y el propio Lurie en Bajo el peso de la ley (1986), la tercera película del cineasta de Ohio. Joe Strummer, líder de The Clash, protagonizaba una de las tres historias simultáneas que se entrelazaban en Mistery train (1989). Iggy Pop se dejaba ver en el cortometraje Coffee and cigarettes (1986). "Yo tendría que haber sido músico, de hecho lo fui", dice. "Toqué en un grupo en Nueva York. Yo tenía uno de esos sintetizadores de primera generación en los que podías programar patrones antes de que se. inventara todo eso de los samplers [muestras, secuencias]. También tocaba una guitarra desafinada. Y cantaba". Pero por aquel entonces, junto al Jarmush musical crecía un Jarmush de película.
Compaginó su banda con su primer largometraje, Permanent vacation (1982), e incluso con la primera parte de Extraños en el paraíso: "Pero las cosas se pusieron raras en la banda y yo necesitaba tiempo para la película. Tuve que abandonar. Nunca volví".
El estandarte, del cine independiente: norteamericano odia las etiquetas. "A mí no me ofende que me digan que hago películas de culto. Yo sólo hago lo que hago y no intento cumplir las expectativas de nadie. Una cosa sí puedo decir: estoy harto de oír hablar del llamado cine independiente, de que cualquiera se diga independiente. Es lo mismo que lo de rock alternativo. Hay mucha gente a la que le recortan la película, gente que no decide quién trabaja en su filme ni cómo será la banda sonora y sigue diciendo que su película es independiente. Estoy harto de oírles decir eso, tendrían que llevarlos a la hoguera". Y vuelve a la carga: "Para mí todo se reduce a tener o no el control artístico de la película. Si alguien te dice: "No. Necesitamos más chicas desnudas; si la chica no se quita la camiseta, los espectadores se van a aburrir", por lo menos se honesto y no digas que eres independiente. ¡No es necesaríamente malo no ser independiente! El studio system de Hollywood hacía películas excelentes y los directores tenían siempre encima a la gente que ponía el dinero".
La forma
Las disquisiciones acerca del arte y el negocio, el mercado y el cine, conducen a Jarmush a otros terrenos": "Cada vez hay menos películas interesantes. En Europa, cada vez más gente va a ver películas como Volcano, Twister o Independence Day. Así es como funciona el mulido, y mi trabajo no es luchar contra él, sino impedir que me corrompa". Jarmush, que está trabajando en un nuevo guión del que no quiere dar detalles, añade: "Es necesario que la gente se preocupe de la belleza de la forma, las películas son una forma muy bella de contar historias. No sé lo que necesitamos" tal vez un enorme desastre que cambie las prioridades. La gente se pasa la vida comprando, haciendo giros bancarios para el seguro de su coche, la hipoteca... Es absurdo. Necesitamos que las cosas cambien, y eso, probablemente, no ocurrirá a menos que se produzca ,un gran desastre que haga que pensemos más en los demás y en el planeta. Pero no sé cómo ocurrirá eso"."Soy el tipo de persona que ve belleza a su alrededor", concluye el cineasta. "Incluso en Nueva York, que es donde vivo: hay quien dice que es sucio y feo, pero a mí me gusta. A mí me gusta tomar inspiración de muchas cosas, más allá de las películas: de cuadros, de diseños, de coches bonitos, de cosas que oigo en las calles, cosas que hace la gente...
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