Cousteau entra en el mundo del silencio
Muere en París a los 87 años el más famoso y polermico explorador y divulgador de los océanos
"Maravilloso agente de publicidad del mar", "Captain Planet","primer hombre-rana", "pionero del ecologismo", "defensor de las generaciones futuras" o, según él mismo, "explorador-cineasta de televisión", Jacques Yves Cousteau murió ayer en Paris, a los 87 años y siendo el hombre más popular de Francia. El equipo de la Fundación Cousteau le dedicó un entrañable. epitafio: "El capitán Cousteau se ha ido al mundo del silencio este miércoles, 25 de junio de l997".Nació en 1910 cerca de Burdeos. Su padre, abogado que trabajaba para sociedades americanas, le llevó, con apenas 10 años, a vivir en Nueva York para aprender el inglés. Es su primera cita con la suerte. En 1933 acaba sus estudios en la École Navale de Brest y entra en la Ecole d'Aviation Maritime. El mar le gusta, pero la gran epopeya parece ser el aire y Cousteau aspira a héroe de la aviación. Un día sufre un gravísimo accidente de coche. Es, aunque no lo parezca, su segunda cita con la fortuna pues los médicos, para curarle las múltiples fracturas, le recomiendan natación intensiva.
En Marsella, convertido en nadador a la fuerza, prueba las gafas que usan los pescadores de perlas filipinos y descubre "la jungla submarina". Los trajes de buzo dejan muy poca autonomía: se conforma con filmar a muy poca profundidad pero demuestra ya un gran ingenio: inventa su primera cámara submarina metiendo su tomavistas de 9,5 mm en de un bote de conserva de mermelada.
Agua, aire y dinero
En 1937 se casa con Simone, hija y nieta de almirantes. La guerra le retiene en la Armada y la derrota le deja mucho tiempo libre para el, submarinismo. Con su amigo Emile Gagnan, ingeniero, tiene la idea de aplicar la válvula utilizada para el gasógeno de los coches a botellas que llena de aire comprimido: Ha nacido el hombre-rana y Cousteau y Gagnan tienen el reflejo de patentar el hallazgo. Durante 50 años la patente Aqua-Lung les dará total independencia económica. Es su tercer golpe de suerte."En la vida hay tres fluidos vitales", decía Cousteau, "el agua, el aire y el dinero". Los tres fluidos, a chorros, invaden la vida del aún capitán de corbeta. En 1943 filma Par dix-huit métres de fond, que presenta a una platea de oficiales alemanes en París. En 1946 recibirá la Legión de Honor por su trabajo como espía a favor de la Francia libre, de manos de De Gaulle; pero quedará la duda que acompaña a los agentes dobles.
El ingeniero-cineasta se transforma primero en arqueólogo, luego en oceanógrafo, más tarde en ecologista. De entrada le subvencionan las petrolíferas, más tarde la National Geographic Society, luego la televisión estadounidense ABC, y, por último, la CNN.
En 1950 un millonario británico regala a Cousteau un dragaminas abandonado de la Royal Navy que transformará en el Calypso. Desde su cubierta, con su perfil de águila tocada con una gorra roja, Cousteau explota su buen inglés y empieza a filinar sus aventuras. En 1953 había publicado -en inglés- El mundo del si lencio: vende cinco millones de libros. Louis Malle le ayudará a convertir el libro en peilícula y a ganar el Festival de Cannes de 1956. Es el momento escogido para dejar la Marina Nacional e instalarse en EE UU. En 1966 ABC le paga 400.000 dólares por cada una de las 12 emisiones. Cousteau se indigna con los residuos radioactivos en el en el Mediterráneo, explora el Titicaca y se embarca en inventar un nuevo submarino. "Hago ciencia pagado por el cine", dice. No faltan los que le reprochan que "haga cine simulando hacer ciencia".
El personaje -condecorado por Kennedy y Reagan, miembro de la Académie Française, visto como "gigante y héroe" por el vicepresidente de EE UU Al Gore, como "pionero en la dej5ensa del medio ambiente" por el actual ministro francés de Cultura Claude Allégre- escapa a la polémica. Sus nueve películas y 50 libros le convierten en un divulgador y eso hace que un arqueólogo, Patrice Pomey, diga hoy que "prefería las imágenes bellas al rigor científico" y recuerde que en el mar, frente a Agde -Mediterráneo francés-, descubrió unos restos de, naufragio que horas antes. habían sido sumergidos por Cousteau.
La explotación del apellido Cousteau -Cousteau Society, Cousteau Resorts, Parc Océanique Cousteau, etc- le había enfrentado a su hijo Jean-Michel, máxime desde que el padre, ya viudo y septuagenario, se había casado con Francine, una azafata con la que tuvo dos hijos más.
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