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Juaristi afirma que Baroja fue "el más cosmopolita de la Generación del 98"

Debates y una exposición recuerdan la trayectoria del escritor

Miguel Ángel Villena

Viajero impenitente, curioso insaciable y lector de los grandes autores extranjeros del siglo XIX, Pío Baroja (San Sebastián, 1872-Madrid, 1956) fue "el escritor más cosmopolita de la Generación del 98". Así lo sostiene Jon Juaristi, catedrático de Literatura Española, que ayer intervino en una mesa redonda sobre las trayectorias de cuatro Barojas( Pio y Carmen, Rafael Caro Raggino y Julio Caro Baroja). Debates, conferencias y una exposición sobre los Baroja en Madrid recuerdan estos días a una de las más relevantes familias de intelectuales.

Quizá influyó su infancia y adolescencia itinerantes en pos de los destinos del padre, que era ingeniero de minas, pero lo bien cierto es que don Pío tuvo una vocación viajera que lo llevó a recorrer toda España y buena parte de Europa. Pese alas dificultades para viajar en la primera mitad del siglo, el novelista recorrió Francia, Inglaterra, Italia, Alemania, Bélgica, Noruega, Dina marca y Holanda. "Baroja tuvo los pies en muchos sitios", comenta Juaristi, "porque además de sus vinculaciones con Madrid y con el País Vasco pasó largas temporadas en el extranjero. Desde luego, es el escritor menos ensimismado con España de su generación a diferencia de otros autores como Miguel de Unamuno o Antonio Machado". No obstante, Juaristi recalca que Madrid fue "el espacio pro pio" del escritor, aunque mantuvo siempre los lazos con su Guipúzcoa natal y con la casa familiar en Vera de Bidasoa. La Residencia de Estudiantes y el Ayuntamiento de Madrid le dedican estos días homenajes a esta familia que reunío, además de a Pío, al pintor Ricardo o al antropólogo Julio Caro Baroja, entre otros. Al margen de las mesas redondas, el Museo Municipal expone hasta el próximo 13 de julio la muestra Los Baroja en Madrid.

Los cambios de Madrid

El autor de Zalacaín el aventure ro o de la famosa trilogía La lucha por la vida (La busca, Mala hierba y Aurora roja) reflejó los cambios de un Madrid que pasó de ser una ciudad todavía acoge dora y recoleta a convertirse en una urbe moderna y caótica. Las tertulias en casa de Pío Baroja, incluso en los duros años de la posguerra, fueron un punto de cita obligado para muchos intelectuales. La exposición citada está dividida en siete secciones, dedicadas a siete miembros de la familia, y recoge una panorámica amplia y versátil de la relación de los Baroja con la capital.Juaristi trató ayer en una mesa redonda en la Residencia de Estudiantes, de Madrid, de ordenar "la escritura fragmentaria y desorganizada de su obra autobiográfica". A partir de la premisa de que el género y las categorías no existen para Pío Baroja, sino que sólo los individuos importan de verdad, resultabas tante difícil encontrar un hilo conductor en sus memorias. En opinión de este catedrático de Literatura Española en el País Vasco, "Baroja tenía una incapacidad absoluta para "combinar las anécdotas con los análisis generales".

" Pese a todo", señala Juaristi, "Baroja es un monstruo de lo autobiográfico y uno de nuestros grandes memorialistas ". La afición por el memorialismo, uno de los géneros menos cultivados en la literatura española, es común a otros compañeros de su generación como Azorín o Machado y, siempre según Juaristi, parte de una sensibilidad por una tradición que arranca en el XIX con nombres como José Zorrilla o Ramón Mesonero Romanos.Encuadrado como una de las figuras sobresalientes de la novela realista, Baroja publicó también muchas obras autobiográficas que incluyen sus Memorias, pero también otros textos más breves como Juventud, egolatría; Las horas solitarias y La caverna del humorismo. Pocos escritores ha habido que tuvieran más clara su vocación de escritor que Baroja, que estudió medicina y llegó a ejercer.El ciclo dedicado a Los Baroja: una historia intelectual entre dos siglos será clausurado el próximo día 25 con una conferencia que pronunciará Pío Caro Baroja, nacido en 1928, y heredero de una larga tradición. Con este ciclo el Ayuntamiento de Madrid y la Residencia de Estudiantes han pretendido rememorar "una tradición familiar estrechamente ligada a la vida cultural madrileña en general y a la Residencia y su entorno en particular". "Una tradición" que, según los organizadores, "ejemplifica como ninguna la fecunda producción de la España que comienza en la Gloriosa y se prolonga hasta hoy a través de las generaciones del 98, el 14 y el 27".

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