España juega a la defensiva
El Gobierno español ha adoptado un papel defensivo a lo largo de las negociaciones de la reforma del Tratado de Maastricht. Su posición es relativamente neutra en temas de política exterior, se alinea con los cuatro grandes en materia institucional (especialmente en la reponderación del voto para que los países más poblados tengan más peso) y en materia de Justicia e Interior. En el resto de asuntos su posición es netamente defensiva: impedir que los avances comunitarios puedan perjudicar su posición actual, especialmente cuando se hacen cuentas en pesetas.
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